Entrevista:

Los políticos franceses opinan que la televisión debe ser controlada

Entrevista con Jacques Boutet, presidente del Consejo Superior de Medios Audiovisuales

Jacques Boutet, presidente del Consejo Superior de Medios Audiovisuales (CSA) francés -órgano de control de todo el sector de la radiodifusión y la televisión, tanto pública como privada-, justifica la existencia y acción de este órgano señalando que el sentido de este control es conseguir buena calidad y participación social equilibrada de todos los sectores. Boutet se muestra cauto a la hora de enjuiciar el panorama audiovisual francés y europeo: "Llevamos por lo menos unos 15 años de retraso en relación con Estados Unidos".

El CSA es un organismo único en su género en Europa. Es la m...

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Jacques Boutet, presidente del Consejo Superior de Medios Audiovisuales (CSA) francés -órgano de control de todo el sector de la radiodifusión y la televisión, tanto pública como privada-, justifica la existencia y acción de este órgano señalando que el sentido de este control es conseguir buena calidad y participación social equilibrada de todos los sectores. Boutet se muestra cauto a la hora de enjuiciar el panorama audiovisual francés y europeo: "Llevamos por lo menos unos 15 años de retraso en relación con Estados Unidos".

El CSA es un organismo único en su género en Europa. Es la máxima autoridad nacional en materia de radio y televisión tanto pública como privada en Francia y ejerce una especie de control no sólo técnico (concesión de licencias para emitir), sino también de contenidos (publicidad, vigilancia de programas, equilibrio político, protección a la infancia y calidad). Ha sido un organismo muy criticado y tachado de intervencionista, especialmente por representantes de cadenas como La Cinq, a la que se le impuso este año una multa de 1.200 millones de pesetas por no atenerse a las líneas previstas de programación." Desde luego es una pregunta pertinente la de si debe o no existir algún tipo de control sobre la radio y la televisión, porque son dos medios a través de los que recibimos casi el 99% de nuestra cultura actual", explica Boutet, nombrado para este cargo el pasado mes de febrero por el presidente de la República Francesa, François Mitterrand.

"En nuestro caso, esta cuestión la hemos resuelto afirmativamente porque la mayor parte de la clase política piensa que la televisión debe ser controlada. Lo difícil es saber cómo ha de ejercerse ese control. En el consejo partimos del principio de que la comunicación audiovisual es libre, y el CSA, como autoridad independiente, está para garantizar el ejercicio de esta libertad en las condiciones definidas por las leyes".

Boutet, de 61 años, que ha trabajado en distintas secciones de la Administración y ha ejercido como presidente director general del canal TF-1 cuando era público, dice que una de las razones de fondo para preocuparse por lo que se emite es precisamente mantener la cultura o las culturas europeas. "En los canales públicos es más sencillo aplicar este principio que en las televisiones privadas, porque se constituyen cada vez más en un soporte publicitario y no se preocupan de la calidad de ese producto".

Asegurar el pluralismo

"Lo que hacemos es vigilar que se cumplan las normas jurídicas que todos han admitido", señala Boutet. "Entre estas normas se encuentra la obligación de las cadenas de dar las opiniones de todos, especialmente en campañas electorales, para asegurar el pluralismo político y cultural. También nos encargamos de que en los programas de prime time [mayor audiencia potencial] no se explote la violencia y el sexo como medio de prosperidad económica de las cadenas", dice.

El presidente del CSA cree que va a producirse un acercamiento hacia proyectos comunes de televisión europea, aunque de forma muy lenta. "Primero habrá que resolver el problema de las barreras lingüísticas, de las diferentes culturas y de la financiación y producción; después ya se podrá pensar en otras cosas. Desde luego, el soporte de la televisión del futuro será el cable alimentado por señales que proceden de satélites. Dentro de 50 años, las principales poblaciones de Europa estarán cableadas".

Tras repetir las dificultades de financiación que está encontrando la televisión privada, Jacques Boutet señala que quizá una fórmula para afrontar este problema sea la constitución de poderosos grupos multimedia en Europa con el fin de poder luchar más fácilmente contra los colosos norteamericanos y japoneses.

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