Cartas al director

Volver al pasado

Vivo en la zona centro. Un día pasaron por mi calle unos turismos con altavoces a muchísimos decibelios dando la tabarra sobre una reunión de la asociación de vecinos "nosecuántos" en un instituto. Y fui. Logré pasar sin hacerme socia, y menos mal: presidían la reunión, entre otras personas, un comisario muy simpático, que demostró conocer los problemas de orden público del distrito, y dos concejales desconocidos: el señor Matanzos y el señor Bocanegra.Fue como volver al pasado. Tendría usted que haber oído in situ su voz aguardentosa hablando de la calle de "Blázquez de Mella", de la p...

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Vivo en la zona centro. Un día pasaron por mi calle unos turismos con altavoces a muchísimos decibelios dando la tabarra sobre una reunión de la asociación de vecinos "nosecuántos" en un instituto. Y fui. Logré pasar sin hacerme socia, y menos mal: presidían la reunión, entre otras personas, un comisario muy simpático, que demostró conocer los problemas de orden público del distrito, y dos concejales desconocidos: el señor Matanzos y el señor Bocanegra.Fue como volver al pasado. Tendría usted que haber oído in situ su voz aguardentosa hablando de la calle de "Blázquez de Mella", de la potencia de sus propios muchos "cataplines", de la posibilidad de quedarse "embarazado".(!?) en no sé qué cine y de sus rondas "de inspección" por los bares. Ninguno de los dos dejó de fumar en toda la sesión, a pesar de que el salón de actos estaba lleno de carteles prohibiéndolo y el servicio de seguridad no permitía fumar al público. Sólo se habló allí de delincuencia, drogas y prostitución. Un catedrático de instituto consiguió decir algo de los ruidos y del dominio que ejercen los transportes en la calle durante toda la mañana, pero fue al final y no tuvo demasiado eco.

Mi casa es vieja. La inmobiliaria de renta antigua que la partió le lavó la cara para especular mejor, pero a mi piso no llega el agua con suficiente presión para ducharse caliente, el sótano está arruinado de humedad y de obras ilegales, el restaurante vecino nos llena el patio de humos sin conducción y de olores a comida, Gas Madrid ni se digna contestar a las solicitudes de acometida... En la calle, han le vantado las aceras varias veces y han asfaltado a cachos con de sorden, falta de civismo y escandalosa desorganización económica.

A lo mejor, si algún día consigó ducharme, me acerco a otra reunión de aquella asociación. Mientras tanto miraré a ver si hay una donde no se hable con tanto morbo de violericia y sexo y donde se piense que eso no se soluciona cerrando locales y quitando el curro a la gente; donde se exijan al Ayuntamiento subvenciones para el arreglo de la infraestructura sanitaria y que el transporte público no eche el humazo a los morros del personal.-

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