Enfrentamiento entre reformistas y la "vieja guardia' de Argelia

Los reformistas del presidente Chadli Benyedid, partidarios de la rápida evolución de Argelia hacia un modelo político y económico liberal, y la vieja guardia del Frente de Liberación Nacional (FLN), nostálgica de los tiempos del partido único y el socialismo, librarán una nueva y quizá decisiva batalla en el congreso extraordinario de esa organización, que. comienza hoy en el complejo deportivo Cinco de Julio, de Argel. El presidente tiene a su favor las aspiraciones democráticas de la mayoría de los argelinos y una situación internacional caracterizada por la perestroika en la URSS y los cam...

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Los reformistas del presidente Chadli Benyedid, partidarios de la rápida evolución de Argelia hacia un modelo político y económico liberal, y la vieja guardia del Frente de Liberación Nacional (FLN), nostálgica de los tiempos del partido único y el socialismo, librarán una nueva y quizá decisiva batalla en el congreso extraordinario de esa organización, que. comienza hoy en el complejo deportivo Cinco de Julio, de Argel. El presidente tiene a su favor las aspiraciones democráticas de la mayoría de los argelinos y una situación internacional caracterizada por la perestroika en la URSS y los cambios en Europa del Este. La vieja guardia cuenta con el aparato y la militancia del partido.En principio, el congreso del FLN durará tres días y deberá concluir con una clara definición del papel de ese partido en una Argelia que, desde la aprobación por referéndum popular de una nueva Constitución, el pasado febrero, ha optado por el pluralismo político y ha abandonado el sistema de economía socialista.

"El FLN", ha dicho su secretario general Abdelhamid Mehri, próximo al presidente, "debe adaptarse al nuevo paisaje político y económico".

Si la vieja guardia logra imponer sus tesis inmovilistas, Benyedid no tendrá más remedio que dirigirse directamente al pueblo y pedirle su apoyo por el procedimiento del referéndum. Ya lo ha hecho una vez. En noviembre del pasado año, un mes después de la revuelta que expresó el hastío de la población argelina por la falta de libertades y las precariedades de la vida cotidiana, el FLN rechazó de plano el multipartidismo en su sexto congreso. Poco satisfecho con ese resultado, Benyedid hizo elaborar una Constitución democrática y la sometió a referéndum.

Benyedid, dicen las gentes de la presidencia de la República, no quiere que Argelia pierda el carro de la Historia. Desde hacía años, el presidente venía predicando el cambio, pero se enfrentaba con la resistencia de su propio partido y de la Administración del Estado, identificada con el FLN. La revuelta de octubre de 1988 le dio la ocasión de poner manos a la obra. Para los civiles del FLN, la nomenclatura, es difícil decir adiós a 27 aflos de absoluto monopolio del poder.

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