Cartas al director

¡Adópteme, señor ministro!

Señor ministro de Justicia: soy un pobre escritor huérfano y desconocido, con una novela publicada y varias inéditas, al que le vendría de perlas ser adoptado por su señoría. Porque un servidor necesita ganar un premio que le encumbre o por lo menos le dé a ganar unos duretes.Tras varios años de búsqueda infructuosa del vellocino de oro he llegado a la conclusión de que en esto de la literatura la forma más rápida y segura de llegar a la fama es ser hijo de vos.

Por ser vos quien sois, bondad infinita, espero atendáis esta mi súplica. Además, considero de Justicia que todos los escritor...

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Señor ministro de Justicia: soy un pobre escritor huérfano y desconocido, con una novela publicada y varias inéditas, al que le vendría de perlas ser adoptado por su señoría. Porque un servidor necesita ganar un premio que le encumbre o por lo menos le dé a ganar unos duretes.Tras varios años de búsqueda infructuosa del vellocino de oro he llegado a la conclusión de que en esto de la literatura la forma más rápida y segura de llegar a la fama es ser hijo de vos.

Por ser vos quien sois, bondad infinita, espero atendáis esta mi súplica. Además, considero de Justicia que todos los escritores tengamos los mismos derechos y oportunidades de salir a flote. Y si para conseguir eso hay que hacerse hijo de usted, pues yo me hago. ¡Qué caramba!

Gracias, gracias, muchas gracias, señor ministro.-

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