Las sombras del centro

La política británica se ha convertido en cosa de dos tras el definitivo desfondamiento de los partidos del centro, que a principios de la década aspiraban a romper el molde tradicional y crear un nuevo paisaje político. Los liberales y socialdemócratas que, unidos, consiguieron un cuarto de los votos en las elecciones de 1987 son hoy apenas dos sombras.Las grandes aspiraciones, que los socialdemócratas mostraban en la hora de su nacimiento, en 1981, han quedado convertidas en nada. Su alianza de hace dos años con los liberales no consiguió el efecto buscado y actuó como bomba destructora. Una...

La política británica se ha convertido en cosa de dos tras el definitivo desfondamiento de los partidos del centro, que a principios de la década aspiraban a romper el molde tradicional y crear un nuevo paisaje político. Los liberales y socialdemócratas que, unidos, consiguieron un cuarto de los votos en las elecciones de 1987 son hoy apenas dos sombras.Las grandes aspiraciones, que los socialdemócratas mostraban en la hora de su nacimiento, en 1981, han quedado convertidas en nada. Su alianza de hace dos años con los liberales no consiguió el efecto buscado y actuó como bomba destructora. Una parte del partido se unió con sus compañeros de viaje electoral para formar un partido de tan largo nombre como escaso poder de atracción -Social and Liberal Democratic Party-, que ha optado por el más vendible nombre de Demócratas.

Las intenciones de voto que arrastra rondan el 7%, y sus 19 actuales parlamentarios corren el riesgo de poderse contar con los dedos de una mano tras los próximos comicios. Más negro es el futuro de David Owen, quien, tras la escisión, consiguió quedarse con la etiqueta de Partido Social Demócrata (SDP). El congreso del SDP, la semana pasada, estuvo tiznado de patetismo y en él se dejó filtrar el derrotismo.