Batalla campal entre vecinos y chabolistas de Vallecas

Una verdadera batalla campal se desencadenó ayer entre un centenar de vecinos del Pueblo de Vallecas y un grupo, menos numeroso pero más agresivo, de habitantes de un núcleo de chabolas cercano, a los que los vecinos acusan como responsables del tráfico de drogas y de los numerosos robos y agresiones que se producen en la zona. Separados por las vías del tren, los dos bandos se enzarzaron en un cañoneo de pedradas que desembocó en el enfrentamiento físico directo a base de golpes, hasta que la llegada de la policía consiguió disolver la pelea antes de que se produjeran heridos graves.

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Una verdadera batalla campal se desencadenó ayer entre un centenar de vecinos del Pueblo de Vallecas y un grupo, menos numeroso pero más agresivo, de habitantes de un núcleo de chabolas cercano, a los que los vecinos acusan como responsables del tráfico de drogas y de los numerosos robos y agresiones que se producen en la zona. Separados por las vías del tren, los dos bandos se enzarzaron en un cañoneo de pedradas que desembocó en el enfrentamiento físico directo a base de golpes, hasta que la llegada de la policía consiguió disolver la pelea antes de que se produjeran heridos graves.

Los vecinos de la calle de Felipe Álvarez, en el Pueblo de Vallecas, que declararon estar hartos de las continuas agresiones sufridas y de la incompetencia de las autoridades policiales para atajar el tráfico de drogas en el barrio, se manifestaron ayer espontáneamente, a partir de las 17.30 de la tarde.Provistos de un par de pancartas caseras, procedieron a cortar la vía. Desde la otra orilla les observaban una mujer gitana y varios niños. En un momento dado, la mujer hizo a los vecinos varios ostensibles cortes de mangas seguidos de insultos. Los vecinos, enfurecidos, replicaron con otros insultos. En ese momento, la mujer los niños cogieron piedras de buen tamaño y las lanzaron contra los manifestantes.

Aquello fue la chispa que prendió la hoguera. Los vecinos se fueron acercando a la mujer mientras, a su vez, arrojaban piedras a mansalva y redoblaban los gritos exigiendo que se marcharan del barrio. A los gritos acudieron varios chabolistas más, hasta sumar una treintena de personas. Algunos de ellos armados con palos y barras de hierro, otro con una espada toledana, y otro con una piqueta. La pedrea arreció y los insultos se convirtieron en amenazas de muerte.

A las amenazas de una mujer, que proponía a sus vecinos quemar las chabolas, respondieron aquellos con frases como "ahora sí que os vamos a hacer la vida imposible"; "esperad a esta noche..."; "os vamos a quemar los pisos". Uno de los chabolistas, desde el otro lado de la vía, disparó con una carabina. Algunos vecinos, ya francamente asustados, intentaron calmar los ánimos.

Hasta que una mujer, del bando chabolista, totalmente furiosa, cruzó las vías, seguida de otras personas, y se abalanzó contra otra mujer que, a su vez, le increpaba con palabras muy gruesas y recibió la ayuda de sus convecinos. La pelea a pedradas se convirtió en una pelea a puñetazos, golpes, tirones de pelo, todos los contendientes enzarzados en un confuso montón, justo hasta que llegaron varios policías y consiguieron separarles. A las siete de la tarde, los manifestantes se habían ido retirando a sus casas, embargados por el "miedo a lo que pueda pasar ahora", afirmó uno de ellos.

La batalla campal de ayer es el resultado de una situación, que los vecinos califican de angustiosa, y que no tiene visos de acabar. "Ya no es sólo que no puedas salir a la calle. Es que durante todo el día cruzan por aquí jóvenes que van a las chabolas a comprar droga, y que luego se pinchan aquí. Sabemos quiénes son. Uno de los principales se llama Herminio. Es el mismo que ha atracado la farmacia, sin que le denunciaran, porque le tenemos miedo", contó una mujer. La policía, según los vecinos, es incapaz de atajar esta situación.

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