La CES prepara una manifestación espectacular en Bruselas para reclamar la Carta Social Europea,

La Confederación Europa de Sindicatos (CES) prepara para el próximo 18 de octubre una "manifestación espectacular" en Bruselas, con el objeto de reclamar a los Gobiernos de los 12 países de la CE la aprobación de la carta social comunitaria, según afirmó ayer en Santander su secretario general, Mathias Hinterscheid. En las protestas, que se prolongarán del 16 al 20 de octubre, participará CC OO, lo que supone un paso hacia su ingreso en la confederación sindical.

ENVIADA ESPECIAL,Antonio Gutiérrez, secretario general de CC 00, comunicó anoche a Mathias Hinterscheld la resolución ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Confederación Europa de Sindicatos (CES) prepara para el próximo 18 de octubre una "manifestación espectacular" en Bruselas, con el objeto de reclamar a los Gobiernos de los 12 países de la CE la aprobación de la carta social comunitaria, según afirmó ayer en Santander su secretario general, Mathias Hinterscheid. En las protestas, que se prolongarán del 16 al 20 de octubre, participará CC OO, lo que supone un paso hacia su ingreso en la confederación sindical.

Más información

ENVIADA ESPECIAL,Antonio Gutiérrez, secretario general de CC 00, comunicó anoche a Mathias Hinterscheld la resolución de su sindicato, consistente en participar en las movilizaciones de Bruselas, comunicación justificada porque CC 00 no pertenece a la CES a causa del veto de algunos sindicatos, entre ellos UGT. Ese obstáculo parece que puede quedar eliminado en los próximos meses, y por ello CC 00 mantiene reuniones con distintas centrales antes de presentar una petición formal para que el comité ejecutivo de la confederación europea apruebe su ingreso en junio de 1990.

El 'tren europeo'

Las protestas organizadas por la CES se iniciarán el 16 de octubre en Ostende con una reunión de 200 sindicalistas, quienes se trasladarán el día 18 a Bruselas en el denominado tren europeo. Ese mismo día tendrá lugar en la capital belga una manifestación a la que han confirmado su asistencia 10.000 dirigentes de las centrales europeas. El 19 y 20 de octubre se reunirá el comité ejecutivo de la CES para aprobar unas resoluciones dirigidas a reclamar una carta social que recoja los derechos fundamentales de los trabajadores comunitarios. También preparan una jornada de asambleas de militantes en los distintos Estados miembros.

El secretario general de la CES justificaba ayer esas medidas de presión porque la presidencia francesa "es la última oportunidad" para aprobar la carta social; y argumentó que después será aún más difícil porque la frenará la armonización fiscal y monetaria, y en enero de 1990 empiezan los mandatos de Gobiernos conservadores.

No todos los representantes de los trabajadores están de acuerdo con el alcance de ese texto, y así se puso de manifiesto ayer en el curso sobre La Europa social que se celebra en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo. Mientras Mathias Hinterscheid considera fundamental armonizar las políticas sociales en los 12 países miembros de la CE, el presidente del grupo de trabajadores en el Comité Económico y Social Comunitario, François Staedelin, aboga por garantizar los derechos fundamentales sociales. Para él, la armonización supondría "bloquear" los logros y derechos de los países más avanzados, como Alemania, donde, por ejemplo, hay seis semanas de vacaciones, y considera inalcanzable fijar el mantenimiento del poder adquisitivo de todos los trabajadores comunitarios en un número determinado de ECU.

Marginación y paro

Miguel Rodríguez Piñeiro, magistrado del Tribunal Constitucional español y catedrático de Derecho del Trabajo, también criticó el contenido del proyecto de carta social. Ese texto adolece, a su juicio, de estar enfocado exclusivamente al mundo del trabajo, mientras que los problemas sociales más graves de hoy están en otro campo, el, de la marginación y el paro, que, afectan a grandes masas de ciudadanos que no tienen seguridad social y no pertenecen a ningún sindicatos.

Tampoco entiende por qué la carta social incluye cuestiones como el medio ambiente y el derecho a la intimidad, pese a que reconoce que son puntos respetables. Él cree que el llamado documento Marín estaba más conexionado con lo social y con la protección de los trabajadores.

Otro defecto apuntado por Rodríguez Piñeiro es que existe un notable desequilibrio entre las garantías reflejadas para algunos derechos, como el de negociación colectiva, mientras que otros están meramente indicados, situación en la que cree se encuentra la referencia a la consulta e información a los trabajadores en las empresas.

La denominación Declaración de los derechos sociales fundamentales comunitarios le produce cierta perplejidad al magistrado, quien considera que los derechos fundamentales sólo se pueden garantizar en el plano nacional al requerir la protección de una Constitución. Un problema aun mayor encuentra en la expresión derechos sociales, distintos a los fundamentales porque amparan la libertad del individuo frente al Estado, y él se pregunta cómo y por qué vía se puede reclamar el derecho al empleo o recurrir su incumplimiento.

Archivado En