Editorial:

Un ejercicio necesario

LA CONSTITUCIÓN en Grecia de un Gobierno de coalición del partido de derecha Nueva Democracia (ND) con los comunistas, bajo la presidencia del conservador Tzanetakis, ha sido la única fórmula encontrada para sacar al país helénico de la imposible coyuntura en que se encuentra desde hace meses. La negativa de los socialistas del PASOK -que ha gobernado en mayoría durante los ocho últimos añosa integrarse en una fórmula de gran acuerdo nacional ha dejado solos a los dos extremos del arco político, hasta ahora irreconciliables. La asociación de ambos nace, antes que nada, del convencimiento profu...

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LA CONSTITUCIÓN en Grecia de un Gobierno de coalición del partido de derecha Nueva Democracia (ND) con los comunistas, bajo la presidencia del conservador Tzanetakis, ha sido la única fórmula encontrada para sacar al país helénico de la imposible coyuntura en que se encuentra desde hace meses. La negativa de los socialistas del PASOK -que ha gobernado en mayoría durante los ocho últimos añosa integrarse en una fórmula de gran acuerdo nacional ha dejado solos a los dos extremos del arco político, hasta ahora irreconciliables. La asociación de ambos nace, antes que nada, del convencimiento profundo de que Grecia necesita pasar por el quirófano político.Cuando Papandreu llegó al poder en 1981 lo hizo con una plataforma en la que figuraban la retirada de Grecia de la Comunidad Europea y el cierre de las bases estadounidenses, dos objetivos incumplibles; pero también la puesta en marcha de unas amplísimas reformas sociales y económicas -desde la rebaja de la edad de voto a los 18 años hasta la introducción del matrimonio civil y el divorcio, pasando por la alteración de las estructuras económicas y sindicales- Pero no han sido las promesas incumplidas las que se han cobrado su precio en popularidad y votos. Lo que le ha costado el poder a Papandreu ha sido la ola de escándalos financieros que produjo la revelación de los desfalcos del banquero Koskotas y en la que se vieron involucrados varios miembros del Gobierno y directivos de empresas estatales. Aunque el tiempo lo dirá, el propio Papandreu podría verse salpicado por el caso Koskotas, además de por la más que pública exhibición de su aventura extramatrimonial en una sociedad moralista. El electorado ha reaccionado con severidad, dejando al PASOK en minoría.

La negativa de los socialistas a emprender con carácter de urgencia una investigación sobre los escándalos -antes de convocar en un plazo de pocos meses nuevas elecciones para clarificar el panorama político heleno- hizo fracasar una eventual coalición socialista-comunista y ha desembocado en la fórmula política contra natura anunciada este fin de semana. Aunque sólo serán dos en un Gabinete de 22 ministros, los nombres propuestos por los comunistas no ejercerán de simples comparsas. Las carteras de Interior y de Justicia les dan un papel de relevancia en el objetivo primero del Gobierno recién formado: la lucha contra la corrupción. En todo caso, el liderazgo de Andreas Papandreu, mítico líder socialista, se ha acabado, y con él, probablemente, la edad de oro del socialismo griego.

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