LAS CONSECUENCIAS DEL FRACASO DE LA FUSIÓN

Conde consigue un consejo afín y apuesta por la corporación industrial, si hay exenciones fiscales

Mario Conde, presidente de Banesto, dijo ayer en la junta general de accionistas que se sentía desencantado por haber perdido la oportunidad histórica de haberse fusionado con el Banco Central, pero, en su opinión, las circunstancias a las que se llegaron hacían la fusión inviable. Tras considerar "lastimoso" el final de la operación, señaló que este año terminará el saneamiento de la entidad y apostó firmemente por la corporación industrial. Pasó la pelota al Gobierno al conceder interés nacional a esta corporación y señalar que es la propia ley española y comunitaria la que les induce a cons...

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Mario Conde, presidente de Banesto, dijo ayer en la junta general de accionistas que se sentía desencantado por haber perdido la oportunidad histórica de haberse fusionado con el Banco Central, pero, en su opinión, las circunstancias a las que se llegaron hacían la fusión inviable. Tras considerar "lastimoso" el final de la operación, señaló que este año terminará el saneamiento de la entidad y apostó firmemente por la corporación industrial. Pasó la pelota al Gobierno al conceder interés nacional a esta corporación y señalar que es la propia ley española y comunitaria la que les induce a construirla.

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La junta aprobó la renuncia al proceso de fusión y el cese como consejero de Banesto de Jacobo Argüelles, aunque no hay constancia por escrito de su dimisión anunciada en la prensa. Se nombró nuevos consejeros a Antonio Sáez de Montagut y Aritio y a Rafael Pérez Escolar.La junta general de accionistas de Banesto transcurrió como una balsa de aceite en la que primaron, sobre todo, los aplausos para el presidente que ha cerrado, con la aprobación de los accionistas, el proceso de reconstrucción de un consejo de administración afín con el que terminar el total saneamiento de la entidad.

Conde comenzó su discurso ante una junta donde estaba representado el 79% del capital con unas alusiones al frustrado proceso de fusión. Para él el camino se convirtió "en un lugar de luchas intestinas que nunca debieron producirse" y en ellas "confluyeron intereses complejos ajenos a quienes la diseñaron". Durante el presente año, dijo, quedarán provisionados los 23.000 millones que faltan por dotar, una vez que se han restado los apuntes de plusvalías con las que se contaban si se hubiera producido la fusión.

El presidente de Banesto dedicó una buena parte de su discurso, de 74 minutos, a presentar el proyecto de la corporación industrial. Recalcó que los condicionantes jurídicos de la legislación española y de la comunitaria son los que obligan a pensar en la creación de mecanismos jurídicos que permitan algo que para Banesto es prioritario, la preservación de un grupo industrial saneado y que es el primero de los privados de la economía española.

'Holding' matriz

Conde dijo que cuando se consigan las exenciones fiscales para el proyecto se creará un holding con una sociedad matriz en la que estarán concentradas todas las participaciones industriales del grupo. La facturación de esta corporación sería de 577.042 millones de pesetas, con un cash-flow (beneficios más amortizaciones) de 73.247 millones, el beneficio bruto se situaría en 54.831 millones, los recursos propios en 303.132 y los empleados serían 24.374. La capitalización bursátil a 6 de junio pasado sobrepasó el billón de pesetas.El conglomerado facturaría el 3% del PIB y funcionaría desde el principio como una sociedad anónima que cotizaría en bolsa. Al actuar como holding podrá emitir obligaciones, aportar servicios comunes a todo el grupo y llegar a todo tipo de acuerdos y convenios con grupo nacionales e internacionales. Al segregar la actividad industrial del balance del banco se conocerá más exactamente la valoración real de la actividad bancaria y eso quedará reflejado en la cotización bursátil de la entidad. Se consiguen, según Conde, dos efectos importantes. La afloración de unas plusvalías que están latentes en el banco y generar capacidad de expansión en la inversión crediticia.

La junta también aprobó las modificaciones estatutarias propuestas. Una referente a la necesidad de que los consejeros no superen los 70 años, y la otra consistente en medidas antiopa. Esta última tiene que ver con la limitación al máximo del 10% de la representación política de los accionistas. Esta medida la ha puesto en práctica el Dresdner Bank en la RFA.

En cuanto a las modificaciones en el consejo, se aprobó el nombramiento como nuevos consejeros de Antonio Sáez de Montagut y Aritio y de Rafael Pérez Escolar y Juan Belloso, que frustrado el intento de fusión con el Central, se incorpora como consejero y miembro de la comisión ejecutiva de Banesto. Conde señaló que no había constancia escrita en el banco de la dimisión de Jacobo Argüelles, pero caso de que fuera cierto el comunicado de prensa, proponía a la junta el cese del consejero, que fue aprobado.

Los cambios

Conde dió cuenta de los cambios habidos en el consejo y agradeció los servicios prestados a Juan Herrera que dimitió por razón de edad. Asimismo, dijo que no había propuestas de nuevos consejeros, que se estudiarían en el futuro y que sería respetada la tradición de la entidad pero, sobre todo, el que las personas aspirantes trabajaran por el bien económico de la sociedad. "Quiero aclarar", dijo el presidente de Banesto, "que no hemos ofrecido y mucho menos satisfecho a ningún consejero cantidad alguna como consecuencia de su dimisión". Defendió un consejo afín pero no monolítico, y dijo que cuando en una órgano de decisión no se rema para el mismo lado, la entidad lo nota en sus resultados.Las intervenciones de los accionistas fueron en su mayoría aprobatorias de la gestión, aunque en dos de ellas se estaba en contra de la corporación de valores. Para nada se habló de los consejeros dimitidos.

Banesto generó unos recursos totales de 115.942 millones durante el pasado año, lo que representa un incremento del 32,9% sobre el año anterior. El resultado bruto alcanzó los 62.926 millones de pesetas, un 17,7% más que en el año anterior. La diferencia entre entre ingresos y costes financieros, es decir, el margen de intermediación, aumentó un 16,4% al pasar de 104.239 millones de pesetas en 1987 a 121.381 millones en 1988. Los recursos de acreedores ascendían a 2.714.624 millones de pesetas.

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