El grupo March plantea la toma de una participación en la papelera Sarrió

Los representantes del grupo March han hecho saber al presidente de la papelera Sarrió, Lorenzo Marco Sarrió, su deseo de tomar una participación en la nueva compañía que surgirá tras la fusión de la empresa española y la italiana Cartiere Saffa, firma ésta que actualmente posee seis millones de acciones de la papelera navarra, es decir, un 24,6% del capital, que se comprometió a poner a disposición de la actual dirección de Sarrió a fin de que lo venda a inversores españoles.

La compra de una parte de ese paquete accionarial por el grupo March -que se realizaría, con casi toda probabil...

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Los representantes del grupo March han hecho saber al presidente de la papelera Sarrió, Lorenzo Marco Sarrió, su deseo de tomar una participación en la nueva compañía que surgirá tras la fusión de la empresa española y la italiana Cartiere Saffa, firma ésta que actualmente posee seis millones de acciones de la papelera navarra, es decir, un 24,6% del capital, que se comprometió a poner a disposición de la actual dirección de Sarrió a fin de que lo venda a inversores españoles.

La compra de una parte de ese paquete accionarial por el grupo March -que se realizaría, con casi toda probabilidad, a través del Banco Urquijo- tiene previsto llevarse a cabo a un precio del 429,6%, o, lo que es lo mismo, a 2.147,5 pesetas por acción, que es el precio medio que en su día pago la filial del grupo italiano Saffa, Cartiere Saffa, por la compra de los seis millones de títulos de Sarrió actualmente en sus manos.Esta adquisición de acciones de Cartiere Saffa, según explicó Lorenzo Marco en el curso de un encuentro con los medios informativos, se llevó a cabo de forma convenida con la dirección de Sarrió a partir del pasado 22 de diciembre, ante el temor de que pudiera plantearse una oferta pública de adquisición (OPA) sobre la sociedad. Cuatro millones de acciones fueron compradas a fondos de inversión y de pensiones ingleses por medio de un broker, en tanto que los otros dos millones de títulos se consiguieron en los mercados de valores españoles. En total, la firma italiana pagó algo más de 12.000 millones de pesetas.

La razón de esas compras era asegurarse -junto con las acciones de la familia Sarrió y las del consejo de administración- una posición de control, que, además de impedir movimientos hostiles, permitiera disponer de una amplia mayoría en la junta general extraordinaria que habrá de aprobar la fusión de las dos compañías.

Tras la culminación del proceso de fusión, un 65% del capital de la nueva Sarrió quedará en manos de inversores españoles, en tanto que el restante 35% corresponderá a los italianos.

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