El Ayuntamiento pierde la pista a una serpiente 'doméstica' de cinco metros

La serpiente pitón asomó medio cuerpo por una ventana de la calle de Silva, 12, a un paso de la Gran Vía. Los vecinos se alarmaron ante la presencia de tan curioso animal doméstico y pusieron al tanto a la Policía Municipal. Pero poco pudieron hacer.Con la ley en la mano, no había forma de incautar al ofidio y llevarlo a un lugar más apropiado. Ahora, dos meses después de la última visita de inspección, la serpiente ha volado con sus propietarios y se encuentran en paradero desconocido.

Se trata de una pitón recticulatus que fue adquirida por Antonio Fernández Camac...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La serpiente pitón asomó medio cuerpo por una ventana de la calle de Silva, 12, a un paso de la Gran Vía. Los vecinos se alarmaron ante la presencia de tan curioso animal doméstico y pusieron al tanto a la Policía Municipal. Pero poco pudieron hacer.Con la ley en la mano, no había forma de incautar al ofidio y llevarlo a un lugar más apropiado. Ahora, dos meses después de la última visita de inspección, la serpiente ha volado con sus propietarios y se encuentran en paradero desconocido.

Se trata de una pitón recticulatus que fue adquirida por Antonio Fernández Camacho y Carolina García García en una pajareria cuando tenía apenas un mes. El tiempo no pasa en balde, y los inspectores municipales pudieron admirar hasta el mes de marzo sus casi cinco metros de longitud.

"No es venenosa, pero podría causar la muerte por estrangulamiento", afirma el concejal del área de Sanidad, Leandro Creso. "Estábamos esperando a la aprobación, antes de un mes, de la ordenanza de tenencia de animales domésticos para poder llevárnosla con todas las de la ley".

Leandro Crespo señaló que la familia con la que vivía la pitón se había negado a su traslado a un zoológico u otro lugar. "Decían que el bicho era parte integral de la familia", señaló el concejal. "No me extraña que gente así, que coge tanto cariño a un animal, haya sido capaz de mudarse de casa para evitar que nos la llevemos".

Hace ya tiempo que el vecindario de la calle de Silva no sabe nada de la serpiente. Una vecina del número 14 de la citada calle recuerda, sin embargo, las peripecias del ofidio cuando fue detectado por primera vez, el otoño pasado. "Asomaba medio cuerpo por la ventana, se encaramaba al desagüe de la fachada... Algunos vecinos se alarmaron y avisaron a la policía municipal".

Ni rastro de la serpiente. Los recién llegados a la calle de Silva no se acaban de creer la historia y contestan telefónicamente de mala gana: "¡Aquí la única serpiente que hay eres tú!".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En