Traslado de 30 activistas para reformar la cárcel de Herrera

F. M., Un total de 30 etarras han sido trasladados desde la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) a la de Sevilla 2, de reciente creación y casi vacía. Próximamente, otros 70 presos de ETA en Herrera serán enviados a Sevilla, según fuentes penitenciarias. La razón estriba, según estas fuentes, en la necesidad de desalojar los tres módulos de Herrera dañados en el motín que reclusos etarras protagonizaron a fines de 1988.

Los daños afectan a a la infraestructura de estos pabellones, que albergan a unos 150 etarras. El traslado estaba previsto desde hacía tiem...

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F. M., Un total de 30 etarras han sido trasladados desde la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) a la de Sevilla 2, de reciente creación y casi vacía. Próximamente, otros 70 presos de ETA en Herrera serán enviados a Sevilla, según fuentes penitenciarias. La razón estriba, según estas fuentes, en la necesidad de desalojar los tres módulos de Herrera dañados en el motín que reclusos etarras protagonizaron a fines de 1988.

Los daños afectan a a la infraestructura de estos pabellones, que albergan a unos 150 etarras. El traslado estaba previsto desde hacía tiempo y se explicó a los reclusos la imposibilidad de reparar los módulos sin vaciarlos.

Fuentes sindicales niegan que los funcionarios hayan endurecido o traten de provocar a los reclusos etarras a raíz de que ETA enviara un paquete bomba a "un compañero de Herrera". "¿Cómo vamos a provocarles, si somos dos o tres funcionarios frente a 60 internos por módulo?", señalaron dichas fuentes.

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Frente a la denuncia de las gestoras pro amnistía de que a los etarras del módulo 1 de Herrera -el más conflictivo, según fuentes del centro- "a las salidas de la celda sufren un cacheo desproporcionado", los sindicatos replican que estas medidas sólo se aplican en la celda a tres internos por día. Las mismas fuentes han afirmado su deseo de no caer en la provocación que suponía la carta bomba, cuyo objetivo era, estiman, lograr un endurecimiento del trato por los funcionarios para restañar posibles fisuras entre los etarras.

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