Los valores victorianos

Margaret Thatcher tuvo la oportunidad, durante su viaje a Namibia, de observar la aplicación práctica de los valores victorianos que ella misma sustenta en los vestidos extraordinarios -completados con el bullicio- convertidos en el traje tradicional de las mujeres herero del país.El estilo del vestido fue adoptado por la insistencia de las mujeres de los primeros misioneros. Realizado con unos 10 metros de tela, se trata de un vestido espectacular, pero de una forma inapropiada para el calor y el polvo de este rincón de África.

La señora Thatcher pensaba ver también ver a las mu...

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Margaret Thatcher tuvo la oportunidad, durante su viaje a Namibia, de observar la aplicación práctica de los valores victorianos que ella misma sustenta en los vestidos extraordinarios -completados con el bullicio- convertidos en el traje tradicional de las mujeres herero del país.El estilo del vestido fue adoptado por la insistencia de las mujeres de los primeros misioneros. Realizado con unos 10 metros de tela, se trata de un vestido espectacular, pero de una forma inapropiada para el calor y el polvo de este rincón de África.

La señora Thatcher pensaba ver también ver a las mujeres ovahimba, y apreciar cómo la aplicación del victorianismo puede pervertir los valores naturales. Una subtribu de los herero que habita en el remoto Kaokoveld, donde las mujeres de los misioneros han tenido menos influencia, visten poco más que un taparrabos, muy apropiado, con la gracia y la nobleza que serían la envidia de cualquier modelo.

Las ovavimbas participaron en un espectáculo para vips el viernes por la noche. Varias docenas de ellas fueron trasladadas al aeropuerto de Windhoek para tomar parte en la bienvenida de Marti Ahtisaari, representante especial de las Naciones Unidas para Namibia. Se encontraban entre cerca de 5.000 personas, la mayoría hereros, llevados al aeropuerto por la Alianza Democrática Turnhalle, el mayor grupo opositor a la SWAPO en la batalla por la conquista del poder a partir de la independencia.

La manifestación realizada a la llegada de Ahúsaari tenía toda la espectacularidad estudiada del estilo de las elecciones norteamericanas, con banderas pequeñas con los colores del partido y consignas como "no queremos un estado con un único partido" o "queremos imparcialidad, Ahtisaari".

En este contexto, las mujeres ovahimba parecían estar allí por su valor fotogénico.

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