Cartas al director

Razones militares

Señor Pérez-Ramos: además de reflexionar sobre la "maldad innata" de la clase militar, y de su "contubernio internacional", ¿se ha parado a reflexionar qué causas inducen a un individuo a hacerse militar de profesión? En una mayoría de casos posiblemente sea una mezcla de ilusión y atracción por unos valores (compañerismo, altruismo, heroísmo, lealtad), idealizados, quizá, por el desconocimiento, lo que hace mover la voluntad de esos individuos y embarcarlos en la ardua tarea de aspirar a sentar plaza en los ejércitos. Para usted serán inexactitudes, engaños y exageraciones del "militarismo do...

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Señor Pérez-Ramos: además de reflexionar sobre la "maldad innata" de la clase militar, y de su "contubernio internacional", ¿se ha parado a reflexionar qué causas inducen a un individuo a hacerse militar de profesión? En una mayoría de casos posiblemente sea una mezcla de ilusión y atracción por unos valores (compañerismo, altruismo, heroísmo, lealtad), idealizados, quizá, por el desconocimiento, lo que hace mover la voluntad de esos individuos y embarcarlos en la ardua tarea de aspirar a sentar plaza en los ejércitos. Para usted serán inexactitudes, engaños y exageraciones del "militarismo dominante", pero lo cierto es que, a su pesar, siguen atrayendoa cientos de jóvenes en todo el mundo, a los cuales, señor Pérez-Ramos, sería mucho pedÍrle les reconociera inteligencia, ideas propias y humanidad, pues quedarán, según sus afirmaciones, clasificados para siempre como "macroparásitos" egoístamente movidos por sus "elevados" salarios y la edificante posibilidad de "patear bazos" impunemente.Demasiadas veces se ha culpado del desastre de una gestión política, administrativa o de falta de previsión, o de la barbarie de una comunidad, exclusivamente a la clase militar, chivos expiatorios cómodos -sobre todo después de una derrota- olvidando que son sólo el reflejo del carácter de una sociedad que, confundida demasiadas veces por los sueños utópicos de los filósofos pretendidamente modernos, embiste contra los "conspiradores" en lugar de avanzar, conscientes de sus grandezas y miserias, en la consecución de una verdaderacorny nidad de hombres y mujere 3 1 bres y responsables que, auriq ¡e para ello a veces hayan de empuñar las armas, al menos son realistas.- José M. Guerrero.

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