"Todo se movía, incluso nosotros"

"El techo volaba a mi alrededor. Los cristales volaban a mi alrededor. Las revistas volaban. Todo se movía, incluso nosotros", contó Adelle Morgan, una de las norteamericanas que viajaban en el avión accidentado. Adelle, quien se dirigía a Nueva Zelanda con su marido para pasar las vacaciones, contó que la tripulación pidió a los viajeros que se agarraran los unos a los otros, una vez que se despresurizó el espacio, hasta llegar a Honolulu, Hawai, donde hicieron el aterrizaje de emergencia. El ruido procedente del agujero era estremecedor.Paul Hotz, procedente de Sidney, dijo que oyó un ruido ...

"El techo volaba a mi alrededor. Los cristales volaban a mi alrededor. Las revistas volaban. Todo se movía, incluso nosotros", contó Adelle Morgan, una de las norteamericanas que viajaban en el avión accidentado. Adelle, quien se dirigía a Nueva Zelanda con su marido para pasar las vacaciones, contó que la tripulación pidió a los viajeros que se agarraran los unos a los otros, una vez que se despresurizó el espacio, hasta llegar a Honolulu, Hawai, donde hicieron el aterrizaje de emergencia. El ruido procedente del agujero era estremecedor.Paul Hotz, procedente de Sidney, dijo que oyó un ruido semejante a una explosión, y entonces la gente que estaba sentada junto a él empezó a desaparecer. Él y su familia llevaban atados los cinturones de seguridad, por lo que escaparon al accidente tan sólo con heridas leves.

Se trata del segundo avión que aterriza en Hawai en los últimos 10 meses con el mismo problema. El 28 de abril del pasado año, llegó al aeropuerto de Honolulu un Boeing 737 que había perdido seis metros de fuselaje y 61 de los pasajeros del avión llegaron heridos. Los que investigaron el caso dijeron que el incidente se pudo deber a la corrosión y el deterioro del metal.