Cartas al director

Ser autor no es buen negocio

Para mí, 1984 fue un año raro. Me sentí de repente capaz de escribir para el teatro y me puse a ello.Dicen que cada español tiene una comedia en el cajón de su escritorio, y supongo que los que tal afirman se refieren a los españoles sensatos, porque luego estamos los otros, los que sacamos la obra del cajón queriendo estrenar y no sabemos cómo. Yo pensé en lospremios, y a ellos acudí con dos cormedias que no debían ser malas por que con ellas gané los accésit del Lope de Vega, del Ayuntamiento de Madrid, en los años 1985 y 1986.

Para que nadie se llame a engaño, confesaré que recibí po...

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Para mí, 1984 fue un año raro. Me sentí de repente capaz de escribir para el teatro y me puse a ello.Dicen que cada español tiene una comedia en el cajón de su escritorio, y supongo que los que tal afirman se refieren a los españoles sensatos, porque luego estamos los otros, los que sacamos la obra del cajón queriendo estrenar y no sabemos cómo. Yo pensé en lospremios, y a ellos acudí con dos cormedias que no debían ser malas por que con ellas gané los accésit del Lope de Vega, del Ayuntamiento de Madrid, en los años 1985 y 1986.

Para que nadie se llame a engaño, confesaré que recibí por ellas 200.000 pesetas, dos, placas, una fotografía con el alcalde Barranco y otra con un señor feísimo que no se quién es, recibiendo su premio de manos del señor Pastor, y que el diligente departamento de Cultura del Ayuntamiento me remitió seis meses después, aún no sé el motivo. Me olvidaba, sin querer, de las dos cenas correspondientes.

Una de las comedias se estrenó al fin, en enero de 1988, con buen éxito, por cierto. Por ella me han liquidado como derechos de autor unas 9.000 pesetas, que he ahorrado pensando en el porvenir. No, no es que fuera poca gente a presenciar las representaciones, es que con taquilla abierta sólo se dieron dos, en El Escorial.

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En plena racha de éxito TVE me encargó un trabajillo que hice y luego rehíce y archirrecontrarrehíce. La tele también me pagó por él 100.000 pesetas y fue emitido en febrero. Y ahora volvemos a los derechos que como autor de la idea y guión me corresponden y que nos gestiona y administra la Sociedad General de Autores de España (SGAE). Esta entidad ha decidido, por su cuenta, que de ellos se lleve una parte el profesional que realizó la filmación, cosa que estaba muy justificada en mi caso porque de la charla tensa de dos personajes en un despacho, que yo imaginé, él hizo una superproducción con cerca de 20 humanos que pasaban por allí y que en vez de en un despacho, porque no cabrían, situó en un ascensor, dos pasillos, una floristería, un cementerio, una cafetería, una alcoba, un recibimiento y un automóvil. Así pues, no puedo negarme a que el realizador se lleve un parte de mi

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pasta, y ni siquiera entiendo muy bien por qué no le han pagado a él y le han convencido para que me dé algo a mí...

Además tengo que dar otra porción de los derechos al músico, y no sé quién es ni qué hizo, porque la obrita no tenía cantables ni bailables, y sí únicamente unos ruidos que se oían al aparecer los títulos...

Por otro lado, la Sociedad General de Autores, que me administra celosamente, ha decidido que hasta junio no me dará dinero, y me ha advertido que entonces me dará muy poquito, casi nada...

No sé si hay autores sensatos, pero, en el supuesto de que sí, les ruego se pongan en contacto conmigo para dejar de escribir y vayamos a presentarnos a El precio justo. Se gana mucho más y encima se puede besar a las azafatas.

No, ser autor en España no es buen negocio.- Elicio Dombriz Andrada.

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