Contradicciones en la versión del joven acusado de matar a su ex novia, hija de un general

Jorge Juan Fernández Álvarez, de 23 años, acusado del asesinato de su ex novia Susana Rodríguez, hija del general retirado de la Guardia Civil José Rodríguez Medel, incurrió ayer, en el juicio celebrado contra él en la Audiencia Provincial de Madrid, en numerosas contradicciones respecto a sus declaraciones anteriores ante la Benemérita y el juez.

El crimen tuvo lugar el 30 de julio de 1987 en la puerta del domilicio de la víctima, cuando ésta regresaba a casa alrededor de las 22.30 horas. Susana Rodríguez recibió varias puñaladas en el pecho, un costado y la espalda y falleció a las po...

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Jorge Juan Fernández Álvarez, de 23 años, acusado del asesinato de su ex novia Susana Rodríguez, hija del general retirado de la Guardia Civil José Rodríguez Medel, incurrió ayer, en el juicio celebrado contra él en la Audiencia Provincial de Madrid, en numerosas contradicciones respecto a sus declaraciones anteriores ante la Benemérita y el juez.

El crimen tuvo lugar el 30 de julio de 1987 en la puerta del domilicio de la víctima, cuando ésta regresaba a casa alrededor de las 22.30 horas. Susana Rodríguez recibió varias puñaladas en el pecho, un costado y la espalda y falleció a las pocas horas en un hospital de Madrid, donde había sido trasladada.La fiscal y el acusador particular solicitan para Jorge Juan Fernández 30 años de reclusión por considerarlo autor de un delito de asesinato, así como una indemnización de ocho millones de pesetas para, la familia de la fallecida. La defensa pide la absolución, por estimar que el joven es inocente.

Fernández, celador eventual cuando ocurrieron los hechos, negó ayer haber tenido relación con el crimen. Durante el interrogatorio el acusado estuvo muy nervioso y revocó gran parte de sus declaraciones anteriores ante la Guardia Civil y el juzgado. Para explicar estas discrepancias, Fernández alegó que tenía que haber sido drogado al poco de ser detenido, cuando le ofrecieron un refresco en un vaso.

Inventario sórdido

Preguntado sobre cómo se explicaba que el niqui que llevó puesto la tarde-noche del crimen tuviera restos de sangre, respondió que eso era imposible, y aventuró la existencia de un compló para culparle a él del crimen, debido a que la Guardia Civil no sabía a quién acusar. Este mismo argumento utilizó Fernández para restar importancia a que también se hubiesen detectado indicios de sangre en un machete encontrado en el taller de su padres y cuyas características concuerdan con el arma con la que se cometió el asesinato.El acusado tampoco explicó satisfactoriamente su presencia en el lugar del crimen, donde se encontró con la víctima, unos 20 minutos antes de que se consumara la agresión.

A preguntas de su defensor, Jorge Juan Fernández realizó un sórdido inventario de las relaciones sexuales que su ex novia había mantenido con otras personas y con él mismo en los lugares más diversos.

Cuando relataba uno de los pasajes de la vida íntima de su ex novia, rompió a llorar y la vista tuvo que ser aplazada unos momentos. También sin aparente relación con su propia defensa, Fernández reveló que la joven había sido detenida en una redada policial en un bar en el que se vendía cocaína, y que Susana le había contado que no se llevaba bien con sus padres, porque entendía que eran demasiado rígidos con ella.

El juicio se reanudará hoy con el interrogatorio de los testigos propuestos por la fiscal, la acusación y la defensa.

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