Cartas al director

Plan de Empleo Juvenil

Me permito dar mi modesta opinión sobre la línea editorial de EL PAÍS en los últimos tiempos: concretamente, el del día 19 de noviembre. Observo con qué prudencia tocan ustedes los temas candentes, así como la mesura con que analizan la política económica del Gobierno.Intentaré argumentar esta reflexión:

1. Ustedes consideran "que las opciones fundamentales adoptadas en materia de política económica fueron acertadas". No, señores, no lo fueron. Y les diré por qué. Saben perfectamente que hay unos grupos sociales que sin duda viven mejor que en el año 1982, ¡pero hay otros que viv...

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Me permito dar mi modesta opinión sobre la línea editorial de EL PAÍS en los últimos tiempos: concretamente, el del día 19 de noviembre. Observo con qué prudencia tocan ustedes los temas candentes, así como la mesura con que analizan la política económica del Gobierno.Intentaré argumentar esta reflexión:

1. Ustedes consideran "que las opciones fundamentales adoptadas en materia de política económica fueron acertadas". No, señores, no lo fueron. Y les diré por qué. Saben perfectamente que hay unos grupos sociales que sin duda viven mejor que en el año 1982, ¡pero hay otros que viven mucho peor! Hay todavía mucha pobreza en nuestro país, y el que siempre la haya habido no les justifica en absoluto, porque a éstos se les va a medir por un baremo mucho más elevado que a sus predecesores.

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Por otra parte, la política de subvenciones aplicada a la creación de empleo es totalmente errónea.

Miren: si próximamente se les ofrecerá a los empresarios una subvención importante por contratar a un trabajador de primer empleo, se les va a exonerar de las cuotas de la Seguridad Social y se les va a facultar para pagarles el salario mínimo interprofesional, a mí se me ocurre que, puesto que es un puesto creado a todas luces por el Estado ¡y no por un empresario!, estos jóvenes deberían trabajar para un ministerio (archivando, por ejemplo) y por lo menos los beneficios obtenidos de su trabajo revertirían al sector público, puesto que es dinero público el que se va a dejar de percibir.

En otro orden de cosas, a poco que se sepa cómo funciona una empresa se sabe que existen distintos tipos de gastos (que no son pérdidas): arrendamientos, electricidad, mobiliario..., sueldos y salarios; entonces, ¿por qué incidir siempre en la reducción de estos últimos?

2. Más abajo, en su editorial, leo lo siguiente: "Los sindicatos no se han equivocado menos que los políticos, por más que hayan contado con una benevolente tendencia de la opinión pública a olvidar sus errores". Creo que se les ha olvidado añadir la siguientete idea: por más que gracias a su contención de las bases se ha logrado llevar a cabo una política de ajuste muy difícil de aplicar por un Gobierno de derechas, ya que históricamente la izquierda ha estado siempre más legitimada para pedir sacrificios que la derecha, por lo que a ésta no se la hub¡ese atendido de igual modo.

Concluyendo. Llevo leyendo este diario desde su aparición, y lo considero como algo propio, y siempre me ha parecido que han sabido objetivizar sus opiniones, pero, francamente, en la actualidad les veo demasiado cómplices de un Gobierno que ya no vende su producto con la misma calidad que en el momento del lanzamiento. - Manuela Cuenca.

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