Tribuna:

Discreto margen de confianza

La sesión ha sido casi una repetición de la del día anterior, pero esta vez el recorrido fue positivo, sobre todo para unos cuantos valores industriales que decidieron incorporarse a la visión posibilista que del mercado tienen algunos inversores. Los tanteos compradores del miércoles alcanzaron ayer a un número de valores que casi permiten pensar en una reacción alcista, naturalmente si los mercados internacionales no tienen nada en contra. La recuperación de ENDESA y Telefónica abrió cierto margen de confianza en cuanto al comportamiento del inversor norteamericano, aunque al ser día festivo...

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La sesión ha sido casi una repetición de la del día anterior, pero esta vez el recorrido fue positivo, sobre todo para unos cuantos valores industriales que decidieron incorporarse a la visión posibilista que del mercado tienen algunos inversores. Los tanteos compradores del miércoles alcanzaron ayer a un número de valores que casi permiten pensar en una reacción alcista, naturalmente si los mercados internacionales no tienen nada en contra. La recuperación de ENDESA y Telefónica abrió cierto margen de confianza en cuanto al comportamiento del inversor norteamericano, aunque al ser día festivo en aquel país la referencia pierde alguna validez. El sector bancario permitió que el cierre fuera mejor que el de la víspera, sobre todo cuando a última hora la demanda de títulos del Hispano se extendió por el parqué.La contratación de valores industriales se hizo bajo una estricta selectividad, lo que no impidió que las alzas se impusieran, ya porque se seguían aventurando posiciones, ya porque la confianza en un rebote iba ganando adeptos. Los valores que ganaron altura con mayor facilidad fueron los de construcción, y aquí hay que repartir a partes iguales la responsabilidad entre la magnitud de los recortes anteriores y la confianza de la barandilla.

El sector bancario apenas aportó novedades a un mercado que parecía buscar, sobre todo, tranquilidad, pero una vez cerrados los corros comenzaron a llegar algunas órdenes de compra para el Hispano, que ya había visto volar de la caja los poco más de 12.000 títulos que le quedaron como resto vendedor. La situación al cierre insistía en orientar el papel de los menos favorecidos por las tomas de posiciones.

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