El futuro de Europa

La edificación y el porvenir de Europa residen enteramente en la afirmación de lo que es primordial para ella: una práctica democrática centrada sobre la voluntad de fortalecer las libertades de las que goza y de luchar en su ámbito y en el resto del mundo contra las injusticias y las desigualdades que constituyen otros tantos insultos hacia la dignidad del ser humano.Esta Europa, que no termina de encontrar su camino, dispone de medios para hacer conocer sus proposiciones y para tener peso sobre la evolución de un mundo con el Cual su propio destino está estrechamente ligado.La ONU es probabl...

La edificación y el porvenir de Europa residen enteramente en la afirmación de lo que es primordial para ella: una práctica democrática centrada sobre la voluntad de fortalecer las libertades de las que goza y de luchar en su ámbito y en el resto del mundo contra las injusticias y las desigualdades que constituyen otros tantos insultos hacia la dignidad del ser humano.Esta Europa, que no termina de encontrar su camino, dispone de medios para hacer conocer sus proposiciones y para tener peso sobre la evolución de un mundo con el Cual su propio destino está estrechamente ligado.La ONU es probablemente un lugar muy indicado para hacer tal cosa, tras recuperar gran parte de su prestigio internacional gracias a su eficacia en resolver conflictos regionales. Europa puede evitar que la ONU se vea financieramente paralizada en un momento en que se reafirma más útil que nunca.

Pero Europa debe llegar más lejos. Cuando los países europeos mantienen discrepancias notables con EE UU en asuntos internacionales sería para ellos mucho más rentable expresar su opinión unidos a través de una sola voz. Europa se ve beneficiada por la oportunidad de hacerse escuchar en las Naciones Unidas y explicar sus posturas. Pero no por superflua vanagloria, sino porque allí se juegan los valores democráticos que son su razón de ser y que legitiman su ambicioso esfuerzo de unificación.

20 de noviembre