Tribuna:

La lechera

Una empresa lechera coloca estos días una emisión convertible por un importe total de 1.000 millones. Lo hace de la mano de Banif, con los bancos de su grupo en calidad de aseguradores, y no parece probable, por esta vez, que vaya a producirse el rumor de suscriptores a causa del prorrateo. La empresa en cuestión realizó hace varios meses una colocación privada de acciones mediante la cual salió a cotización en el mercado. Entonces, el mercado, aquejado todavía por la gran resaca de la caída de las cotizaciones, le pasé factura a la central lechera y, por supuesto, a la sociedad mediadora enca...

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Una empresa lechera coloca estos días una emisión convertible por un importe total de 1.000 millones. Lo hace de la mano de Banif, con los bancos de su grupo en calidad de aseguradores, y no parece probable, por esta vez, que vaya a producirse el rumor de suscriptores a causa del prorrateo. La empresa en cuestión realizó hace varios meses una colocación privada de acciones mediante la cual salió a cotización en el mercado. Entonces, el mercado, aquejado todavía por la gran resaca de la caída de las cotizaciones, le pasé factura a la central lechera y, por supuesto, a la sociedad mediadora encargada del lanzamiento. En este cuento de la lechera, las acciones no descontaron jamás el precio del litro de leche. Ahora, el inversor prefiere la seguridad de los bonos.

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