Tribuna:

Empiezan las rebajas

Los mercados de valores tenían tanta confianza en que se iba a publicar un IPC soportable, que nadie, ni siquiera aquellos que habían decidido mantenerse al margen, esperaba un resultado tan poco brillante. Hasta el momento en que se conoció la noticia, una vez concluido el periodo de contratación, los inversores se habían dedicado a calentar motores, tomando posiciones en valores con posibilidades o cancelando operaciones de venta fruto de algún mal pensamiento anterior.La incredulidad fue la primera reacción de los asistentes a la sesión, aunque se recuperaron pronto ante la avalancha de int...

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Los mercados de valores tenían tanta confianza en que se iba a publicar un IPC soportable, que nadie, ni siquiera aquellos que habían decidido mantenerse al margen, esperaba un resultado tan poco brillante. Hasta el momento en que se conoció la noticia, una vez concluido el periodo de contratación, los inversores se habían dedicado a calentar motores, tomando posiciones en valores con posibilidades o cancelando operaciones de venta fruto de algún mal pensamiento anterior.La incredulidad fue la primera reacción de los asistentes a la sesión, aunque se recuperaron pronto ante la avalancha de intentos de venta o de anulaciones de las compras realizadas. Todo quedó en eso, intentos, porque nadie conseguía encontrar un comprador de los que hacía sólo 10 minutos presionaban en busca de papel.

El sector bancario publicó sus resultados en medio de ese ambiente, y aunque ya nada se podía cambiar, los cuatro grandes que tenían saldo comprador vieron cómo se cubría una buena parte de esa diferencia positiva.

La situación del mercado es ahora bastante complicada, pues no sólo no se había descontado la posibilidad de un resultado negativo sino que además se ha valorado en demasía una coyuntura aparentemente positiva. Con estos planteamientos no es de extrañar que el cierre resultase muy apagado y con presión creciente de las partidas vendedoras.

La opinión más generalizada a última hora hacía alusión al necesario período de rebajas que van a padecer los mercados, aunque nadie se atrevía a señalar límite alguno, pues no hay que olvidar que en estos mercados continúa sobrando dinero.

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