La sombra de El Pardo es alargada

La elaboración del programa oficial de la visita a España de Reina Isabel II ha resultado pecialmente fatigosa: más dos meses fueron necesarios para convencer a la Casa real británica de la conveniente de que la Reina y su esposo el Duque de Edimburgo, se alojasen en el palacio de El Pardo, que, a ojos de Buckingham, presentaba aún incómodas connotaciones del pasado. Finalmente, las razones prácticas -vecindad con La Zarzuela- y de seguridad se impusieron.Pero ello retrasó el cierre del programa, que ha sido, dijo una fuente diplomática, "muy meditado y como hacer encaje de bolillos". Hasta pu...

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La elaboración del programa oficial de la visita a España de Reina Isabel II ha resultado pecialmente fatigosa: más dos meses fueron necesarios para convencer a la Casa real británica de la conveniente de que la Reina y su esposo el Duque de Edimburgo, se alojasen en el palacio de El Pardo, que, a ojos de Buckingham, presentaba aún incómodas connotaciones del pasado. Finalmente, las razones prácticas -vecindad con La Zarzuela- y de seguridad se impusieron.Pero ello retrasó el cierre del programa, que ha sido, dijo una fuente diplomática, "muy meditado y como hacer encaje de bolillos". Hasta punto, que las vacaciones veraniegas de muchos funciorios de la embajada británica en Madrid fueron sensiblemente acortadas.

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Isabel II y el Duque de Edimburgo llegarán a Madrid compañados del secretario Foreign Office, sir Geofrey Howe; de su secretario privado, sir William Heseltine, y del jefe de la Casa Real, sir Paul Greening. También acudirán con ella el secretario privado adjunto y otros varios miembros de su séquito personal, además del embajador del Reino Unido en Madrid.

A ello hay que añadir el séquito de honor puesto por España y compuesto por diplomáticos y militares españoles. En general, dijeron medios gubernamentales, la tónica del viaje de Isabel II estará muy alejada de la austeridad de la visita de la primera ministra británica, Margaret Thatcher, a fines de septiembre.

El primer viaje de un jefe de Estado británico a España pone, según las mismas fuentes, la movilización de más de mil personas, incluyendo los servicios de seguridad y protocolo, tanto en Madrid como en Barcelona, Sevilla y PaIma de Mallorca. También hay que incluir la llegada de los granaderos reales, que ofrecerán dos espectáculos a los invitados de Isabel II en Madrid y Barcelona.

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