Tribuna:

Un espejismo de cuatro lados

La voluntad de resistencia de la bolsa ha quedado hoy patente hasta el punto de conseguir una pequeña elevación del índice general. Esta subida, sin embargo, no resume una sesión marcada por la irregularidad en el comportamiento de los valores, y la incredulidad de analistas y operadores.El espejismo alcista se ha apoyado en cuatro elementos de limitada solvencia. El calor de las OPA y fusiones ahora en candelero multiplica los rumores sobre otras posibles operaciones, así como el interés por realizar alguna apuesta especulativa. Las operaciones a muy corto plazo vuelven, con este aderezo, a p...

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La voluntad de resistencia de la bolsa ha quedado hoy patente hasta el punto de conseguir una pequeña elevación del índice general. Esta subida, sin embargo, no resume una sesión marcada por la irregularidad en el comportamiento de los valores, y la incredulidad de analistas y operadores.El espejismo alcista se ha apoyado en cuatro elementos de limitada solvencia. El calor de las OPA y fusiones ahora en candelero multiplica los rumores sobre otras posibles operaciones, así como el interés por realizar alguna apuesta especulativa. Las operaciones a muy corto plazo vuelven, con este aderezo, a protagonizar unas sesiones que tienen muy poco que ofrecer a la inversión de grandes carteras.

El estrecho volumen de negocio se ha estabilizado en torno a los 7.000 millones de pesetas diarias, y a nadie se le oculta que con esa contratación el mercado puede tomar casi cualquier dirección. Por supuesto, hay algunos valores, muy selectivos, que son atractivos por sí mismos, junto con otros que han soportado un exceso de ventas a crédito, que podrían repuntar.

Otras dos notas terminan de conformar el cuadro bursátil. Hay quien echa mano ahora a los chart para recordar que el 270% ha demostrado ser un soporte resistente. A ese suelo del índice también colabora el sector con más peso en el mercado; los bancos que están inmersos en procesos de fusión tratarán de impedir cualquier descalabro, aun contraviniendo las lógicas recomendaciones contra el exceso de volumen de las autocarteras. Los más optimistas pueden ponderar al alza el interés del Gobierno por controlar la inflación, aunque eso obligue a olvidar los costes que acarreará ese control.

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