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Madrid se va quedando sin gente. Los que nacen exceden cada vez menos a los que mueren y los que inmigran son menos que los que emigran. La población de Madrid se estanca, como la de otras grandes ciudades. Para unos se trata de algo beneficioso, y para otros señala el principio de la decadencia. Estos últimos creen que ha llegado el momento de actuar. El suplemento Negocios, de EL PAÍS del día 15 de mayo, se refería a la constitución de una sociedad, llamada Promadrid, cuyo objetivo es doble: atraer gente y evitar que se vaya. El Ayuntamiento busca lo mismo con sus Veranos de la Villa....

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Madrid se va quedando sin gente. Los que nacen exceden cada vez menos a los que mueren y los que inmigran son menos que los que emigran. La población de Madrid se estanca, como la de otras grandes ciudades. Para unos se trata de algo beneficioso, y para otros señala el principio de la decadencia. Estos últimos creen que ha llegado el momento de actuar. El suplemento Negocios, de EL PAÍS del día 15 de mayo, se refería a la constitución de una sociedad, llamada Promadrid, cuyo objetivo es doble: atraer gente y evitar que se vaya. El Ayuntamiento busca lo mismo con sus Veranos de la Villa. EL PAÍS ha aportado la serie de artículos Los que no se han ido, iniciada por Haro el 10 de agosto. Con ella se ha reconocido la función social de los que se quedaron. El mismo autor produjo la réplica con El pulso recobrado, un alborozado saludo a los que vuelven. "Vengan ustedes, benditos sean (...). Gracias por venir a visitarnos durante 11 meses" (EL PAÍS, 5 de septiembre). La frase, además de un cumplido, es un hallazgo. Los movimientos de población son hoy tan masivos y frecuentes, que el sentido res¡dencial de la existencia ha entrado en crisis. Haro se equivoca, sin embargo, en el mero cómputo. No es una visita tan dilatada. Cuente usted cuatro fines de semana por mes -dos días por fin de semana-, las Navidades, el fin de año, la Semana Santa, los puentes y los moscosos y verá que la visita no excede de los siete meses. Y es que a los movimientos vegetativos hay que agregar los movimientos espaciales de la población; pero no sólo los no recurrentes, también los recurrentes, y entre éstos, no sólo los que se producen dentro de las 24 horas: también hay que contabilizar los que exigen pernoctaciones, es decir, los turísticos.Se comprende que muchas ciudades que advierten que el saldo de sus movimientos de población resulta cada vez más negativo, como es el caso de Madrid, se preocupen por alentar proyectos que lo remedien.-

investigador del CSIC (Economía del Turismo),

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