HOMENAJE

Los familiares de Víctor Merino, el gran restaurador fallecido en accidente de tráfico el 13 de noviembre de 1987, recibieron ayer, de manos del alcalde de Santander, Manuel Huerta, el título de hijo adoptivo de la capital, a título póstumo, que la corporación acordó recientemente conceder al industrial desaparecido. Merino había creado, en los últimos años, varios prestigiosos establecimientos gastronómicos en Madrid y Santander y, aunque nacido en Autol (La Rioja), vivió en la capital cántabra desde los seis años de edad.Coincidiendo con este acto, la UIMP inició ayer en La Magdalena un semi...

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Los familiares de Víctor Merino, el gran restaurador fallecido en accidente de tráfico el 13 de noviembre de 1987, recibieron ayer, de manos del alcalde de Santander, Manuel Huerta, el título de hijo adoptivo de la capital, a título póstumo, que la corporación acordó recientemente conceder al industrial desaparecido. Merino había creado, en los últimos años, varios prestigiosos establecimientos gastronómicos en Madrid y Santander y, aunque nacido en Autol (La Rioja), vivió en la capital cántabra desde los seis años de edad.Coincidiendo con este acto, la UIMP inició ayer en La Magdalena un seminario bajo el título El restaurante como empresa, en homenaje a Víctor Merino. Su director, Xavier Domingo, al evocar la figura del gran empresario muerto, le atribuyó el mérito de haber fundado muy destacadas industrias gastronómicas y ser el creador de la nueva cocina, demostrando que su implantación era posible en establecimientos de muchas mesas.

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