Cartas al director

Cajeros automáticos

Con un minifolleto de Servirred en la mano camino por la Gran Vía de Majadahonda buscando cajeros automáticos para retirar dinero. Son casi las cuatro de la tarde y un sol aplomado intenta deshacer a los escasos transeúntes.Tengo tres opciones y empiezo por Barclays Bank, donde veo el cajero automático tras unas puertas. Están cerradas, son firmes y mis empujones no las mueven.

Sigo hacia el Bilbao, y allí el aparato está a mi alcance. A los pocos segundos mi tarjeta es devuelta junto a un recibo que dice: "dinero disponible en esta red: 0 pesetas". Eso sí, en letras grandes se lee: "gr...

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Con un minifolleto de Servirred en la mano camino por la Gran Vía de Majadahonda buscando cajeros automáticos para retirar dinero. Son casi las cuatro de la tarde y un sol aplomado intenta deshacer a los escasos transeúntes.Tengo tres opciones y empiezo por Barclays Bank, donde veo el cajero automático tras unas puertas. Están cerradas, son firmes y mis empujones no las mueven.

Sigo hacia el Bilbao, y allí el aparato está a mi alcance. A los pocos segundos mi tarjeta es devuelta junto a un recibo que dice: "dinero disponible en esta red: 0 pesetas". Eso sí, en letras grandes se lee: "gracias por utilizar este servicio" (o algo semejante). La amabilidad no falla, aunque el dinero se haya acabado a las cuatro de la tarde. El último banco es el Atlántico; voy allí queriendo convencerme de que esta vez tendré suerte. La máquina funciona, pero a medio camino la operación se interrumpe por causas que no pude comprender. Lo intento varias veces antes de regresar, derrotada, al coche.-

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