Tarancón no cree que haya un afán de descristianizar España

El arzobispo dimisionario de Madrid, cardenal Tarancón, declara en la revista Cuenta y Razón que la mayor parte de los españoles aún no han aprendido a regirse con un espíritu auténtico de democracia.En la entrevista, firmada por Javier Tusell, el cardenal dice: "Yo creo que hay un grupo de personas que han conseguido aprender y lo digo con honradez, pero, en general, no. Yo diría que la inmensa masa del pueblo español y no me refiero a los de escasa cultura, hasta gentes de cultura media y de cultura superior, no hayamos aprendido todavía a regirnos con un espíritu auténtico de democra...

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El arzobispo dimisionario de Madrid, cardenal Tarancón, declara en la revista Cuenta y Razón que la mayor parte de los españoles aún no han aprendido a regirse con un espíritu auténtico de democracia.En la entrevista, firmada por Javier Tusell, el cardenal dice: "Yo creo que hay un grupo de personas que han conseguido aprender y lo digo con honradez, pero, en general, no. Yo diría que la inmensa masa del pueblo español y no me refiero a los de escasa cultura, hasta gentes de cultura media y de cultura superior, no hayamos aprendido todavía a regirnos con un espíritu auténtico de democracia".

"Es espíritu que asume el pluralismo como exigencia de la democracía y la libertad, -añade el cardenal- se enfrenta a esa mentalidad monolítica que teníamos los españoles que pensaba en eso, como la libertad de producir desórdenes y entonces el miedo a los desórdenes tiende a cortar la libertad".

Pelele

El cardenal Tarancón niega que haya persecución a los católicos en España. "Ahora bien", puntualiza, "un querer minar todo aquello que, por ser valores morales pueden dar a los hombres una madurez para saber juzgar y hacer uso de su responsabilidad y de su libertad, eso no les interesa y lo están minando y son también valores de orden cristiano"."Yo diría otra cosa", añade. "Confunden el papel de la política en todo lo humano y la presencia de las fuerzas sociales, entre ellas la Iglesia. Las fuerzas sociales son necesarias para que la autoridad, sobre todo en una democracia, pueda estar frenada. Si nó el individuo, delante del Estado, es un pelele con el que el Estado hace lo que le da la gana. Entonces todo aquello que tenga una fuerza social, no solamente la Iglesia, les parece un peligro. Yo no creo que haya un afán de descristianización, para entendernos".

"La Iglesia supone separación del Estado", dice el cardenal, "porque la religión es una cosa de conciencia. Incluso creo que, en vez de potenciar las fuerzas sociales, se considera que molestan y por eso no se las apoya.

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