Una empresa británica intenta hacer llegar a ETA el rescate de Revilla

VICTORINO RUIZ DE AZÚA Una empresa británica de seguridad, especializada en el asesoramiento y la negociación de secuestros, está intentando hacer llegar a ETA Militar el rescate por el industrial Emiliano Revilla, en poder de los terroristas desde hace 150 días, según han informado fuentes próximas a la negociación. El nombre de la firma en cuestión no ha sido revelado, pero todos los indicios apuntan a Control Risks.

La intervención de esta organización, que cobra en concepto de comisión el 10% del importe del rescate -ETA pide 850 millones por Revilla-, se produjo a raíz de la incaut...

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VICTORINO RUIZ DE AZÚA Una empresa británica de seguridad, especializada en el asesoramiento y la negociación de secuestros, está intentando hacer llegar a ETA Militar el rescate por el industrial Emiliano Revilla, en poder de los terroristas desde hace 150 días, según han informado fuentes próximas a la negociación. El nombre de la firma en cuestión no ha sido revelado, pero todos los indicios apuntan a Control Risks.

La intervención de esta organización, que cobra en concepto de comisión el 10% del importe del rescate -ETA pide 850 millones por Revilla-, se produjo a raíz de la incautación por la policía francesa de 100 miliones de pesetas recién entregados por la familia el pasado 3 de julio.Control Risks es una empresa estrechamente relacionada con la aseguradora londinense Lloyd's. Esta firma ha contratado con industriales españoles, sobre todo en el País Vasco, pólizas de seguro que cubren el riesgo de secuestro. La aseguradora garantiza, en caso de que el titular de la póliza caiga en manos de un grupo de extorsionistas, la negociación del rescate por cuenta de la familia y el pago de la cantidad acordada. Tales operaciones se realizan, en general, a través cle la firma Control Risks.

Emillano Revilla no había suscrito póliza alguna, según han asegurado fuentes próximas a la familla. La empresa británica, no obstante, envió representantes a España pocos días después del secuestro para ofrecer sus servicios. La oferta consistía en prestar asesoramiento durante las negociaciones y garantizar la entrega del dinero pactado, a cambio de la comisión del 10%.

Control se había ofrecido ya en secuestros anteriores a familias de industriales del País Vasco, aunque no consta su participación efectiva en la solución de ninguno. Esta empresa es dirigida en Londres por Peter Janke un especialista en violencia política y en la historia española del siglo XIX, profesor del Royal College for Defense Studies. Janke fue uno de los cinco expertos europeos contratados por el Gobierno vasco en 1985 para elaborar un informe sobre la violencia en Euskadi.

La intervención de la firma británica, cuyos ofrecimientos iniciales fueron desechados por la familia de Revilla, se ha producido durante el mes de julio, después de la detención en París del presunto activista de ETA Juan Carlos Echevarría cuando acababa de recibir de un intermediario de la familia 100 millones de pesetas. La requisa de este dinero convenció a los familiares del industrial de la imposibilidad de entregar a ETA el dinero del rescate por métodos artesanales habituales y de la necesidad de acudir a profesionales.

Aquel segundo intento de trasladar a ETA una parte del rescate, después de la incautación en Bayona a finales de abril de 725 de los 750 millones entregados inicialmente, constituyó un rotundo fracaso, según las fuentes citadas. La familia, sin embargo, se esforzó en hacer llegar a la opinión pública una impresión aparentemente optimista, como si la mayor parte del rescate ya se hubiera entregado.

El objetivo, afirman medios vinculados a la negociación, era conseguir una relajación del estrecho cerco policial destinado a impedir el pago del rescate.

La intervención de la empresa de seguridad británica puede poner fin al secuestro rápidamente, señalan las mismas fuentes. La firma implicada incorporará a personal profesionalizado, desconocido de las policías española y francesa.

Un representante de Control Risks en Londres consultado ayer telefónicamente por EL PAÍS señaló que la política de su empresa es no confirmar ni desmentir su participación en ningún caso por motivos de "confidencialidad y protección".

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