LA CAMBIANTE ESCENA EUROPEA

Expertos de ambos bloques analizan en Potsdam las nuevas relaciones en el Mundo

El proceso de transformación en que se halla el mundo tras el primer acuerdo de desarme de la historia, y a la vista de los cambios que se producen en el sistema socialista, es el más radical habido en muchas generaciones. La nueva situación ofrece grandes oportunidades si los riesgos que también comporta son valorados correctamente y con realismo. Con esta convicción generada se inauguró ayer en Potsdam una conferencia internacional sobre Nuevas vías hacia la seguridad Este-Oeste.

Cerca de 43 años después de que esta histórica ciudad residencial, en territorio de la República Democráti...

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El proceso de transformación en que se halla el mundo tras el primer acuerdo de desarme de la historia, y a la vista de los cambios que se producen en el sistema socialista, es el más radical habido en muchas generaciones. La nueva situación ofrece grandes oportunidades si los riesgos que también comporta son valorados correctamente y con realismo. Con esta convicción generada se inauguró ayer en Potsdam una conferencia internacional sobre Nuevas vías hacia la seguridad Este-Oeste.

Cerca de 43 años después de que esta histórica ciudad residencial, en territorio de la República Democrática Alemana, acogiera a los máximos dirigentes de las tres potencias vencedoras de la II Guerra Mundial para sellar el orden territorial y político de la posguerra, más de 170 dirigentes políticos y expertos en relaciones Este-Oeste de ambos bloques se reúnen en una nueva Conferencia de Potsdam.Dos semanas después de la cumbre de Moscú entre el máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, y el presidente norteamericano, Ronald Reagan, la reunión de Potsdam tiene un signo bien diferente al que tuvo la larga conferencia de Stalin, Truman y el dúo británico Churchill-Attlee en el palacete Cecilienhof, organizada por el Instituto de Estudios Este-Oeste (IEWSS), con sede en Nueva York, y por el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Republica Democrática Alemana (RDA).

Es la primera reunión de este tipo que se celebra en un país socialista, en un momento histórico en el que el orden impuesto en 1945 y después por la guerra fría es cuestionado por los Estados y las sociedades europeas.

Entre los participantes se hallan los ministros de Asuntos Exteriores de las dos Alemanias, Oskar Fischer y Hans Dietrich Genscher, el vicesecretario de Estado norteamericano John Whitehead, altos dirigentes soviéticos como Alexei Arbatov, jefe del Departamento de Desarme del Instituto Soviético de Relaciones Internacionales, y decenas de expertos de la mayoría de los 35 países no representados pese a haber sido invitada por el Instituto Norteamericano, que fue el encargado de la organización.

Ayer quedaron en evidencia las muchas inseguridades que está provocando el hecho de que "todo el orden establecido en Europa en la posguerra se ha puesto en movimiento", como señalaba el presidente del IEWSS, John Edwin Mroz.

Dificultades que subsisten

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Los representantes de ambos bloques coincidieron en que la situación actual con la dinámica de desarme y distensión sin precedentes en la historia ofrece enormes posibilidades para un período de cooperación Este-Oeste y superación de los reductos de la posguerra inimaginable aún hace pocos años o incluso meses.No obstante, varios oradores advirtieron también sobre las grandes dificultades que persisten. En el terreno del desarme convencional, problema crucial, según el embajador de Estados Unidos en la capital soviética, Jack Matlock, no hay aún avances significativos pese al buen curso de las negociaciones en Viena. El ministro de Exteriores de la RDA, Fischer, manifestó que el Pacto de Varsovia está dispuesto a "las reducciones más radicales" en este terreno. Fischer fue también quien reflejó el miedo de algunos países socialistas a que el proceso de distensión en marcha desemboque en un problema de legitimación para los regímenes comunistas impuestos en su día por las tropas soviéticas en caso de que éstas se retiren. Fischer agregó que "la división de Europa, política, económica y militar, es consecuencia y lógica de la Guerra Mundial. Nadie debe lamentarla ni pedir su superación".

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