Años del extravío
En su artículo Los años del extravío, Leopoldo Azancot descalifica a escritores como Italo Calvino, VIadimir Nabokov, Marguerite Yourcenar o Patricia Higlismith. La frase con la que despacha a esta última me impulsa a escribir esta carta.Escribe Azancot: "Patricia Higlismith, fascinada por el mal, del que libros como La máscara de Ripley o El diario de Edith constituyen una inequívoca justificación; basta comparar su novela Extraños en un tren con la película realizada por Hitchcock a partir de ella para advertir sus insuficiencias como narradora".
En la segunda parte de la frase, con m...
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En su artículo Los años del extravío, Leopoldo Azancot descalifica a escritores como Italo Calvino, VIadimir Nabokov, Marguerite Yourcenar o Patricia Higlismith. La frase con la que despacha a esta última me impulsa a escribir esta carta.Escribe Azancot: "Patricia Higlismith, fascinada por el mal, del que libros como La máscara de Ripley o El diario de Edith constituyen una inequívoca justificación; basta comparar su novela Extraños en un tren con la película realizada por Hitchcock a partir de ella para advertir sus insuficiencias como narradora".
En la segunda parte de la frase, con manifiesta injusticia y escaso o nulo rigor, el señor Azancot pone reparos a la habilidad narradora de Highsmith con una simple referencia a su primera novela, sin tener en cuenta las dos docenas de libros que ha publicado. ¿Le parecería bien al señor Azancot que su propia valía literaria se juzgase atendiendo exclusivamente a su primera novela? Y, por cierto, ¿le agradaría que un director de cine hiciera con una de sus obras algo parecido a lo que Hitchcock permitió a Raymond Chandler hacer con Extraños en un tren? ¿No podría ser que la comparación entre película y novela sirviera para advertir las insuficiencias de Chandler como guionista?
La primera parte de la frase es, llanamente, una sandez. Ni miss Highsmith. se propone en los dos
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libros citados tarea tan ingrata y fastidiosa, ni de habérselo propuesto hubiera conseguido la insolita hazaña que Azancot le atribuye: encontrar "una inequívoca justificación del mal" es cosa que, además de no poder ser, es imposible. Y para convencerse de ello basta con acudir al diccionario. José Antonio Rabaneda.