Redondo teme que los empresarios 'hagan el agosto' contratando jóvenes

Nicolás Redondo considera que la propuesta de promover y subvencionar con enormes cantidades de dinero público la contratación de jóvenes en condiciones discriminatorias, con salarios ridículos y privándoles de derechos fundamentales como la estabilidad en el puesto de trabajo no es un plan de empleo, sino una práctica de dumping social. A él no le extraña que los empresarios aplaudan esas medidas y teme que "pretendan hacer el agosto con contratos casi gratuitos".

El secretario general de UGT hizo ayer un llamamiento a Felipe González, de cara a la próxima cumbre de Hannover de jefes d...

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Nicolás Redondo considera que la propuesta de promover y subvencionar con enormes cantidades de dinero público la contratación de jóvenes en condiciones discriminatorias, con salarios ridículos y privándoles de derechos fundamentales como la estabilidad en el puesto de trabajo no es un plan de empleo, sino una práctica de dumping social. A él no le extraña que los empresarios aplaudan esas medidas y teme que "pretendan hacer el agosto con contratos casi gratuitos".

El secretario general de UGT hizo ayer un llamamiento a Felipe González, de cara a la próxima cumbre de Hannover de jefes de Estado y de Gobierno, para que defienda la filosfía que inspira el Programa Social elaborado por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) que reclama unos mínimos legales que señalen las garantías sociales y colectivas de las que todo trabajador comunitario debe estar dotado. Estas afirmaciones las hizo Redondo en el seminario que se celebra en Mérida (Badajoz) sobre "La Península Ibérica en el horizonte del 92".La CES apuesta por un "espacio social" en el que se asegure el empleo, condiciones mínimas de contratación, protección social y respeto por la democracia industrial, entre ellas la transparencia en la gestión empresarial y el derecho de los trabajadores a ser informado. El secretario general de la CES, Mathias Hinterscheid, al igual que Redondo, abogó también por la creación de un "espacio social" europeo que entronque con la constitución del mercado único en 1992. "Si esto no se produce", afirmó, "es evidente que se ampliarán las diferencias regionales que afectarán negativamente a la calidad de vida y al aumento del paro".

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