La chica desaparecida en San Blas relata a la policía que la secuestraron "tres moros"

Ana María Pulgar Onrubia, de 15 años, apareció ayer en la Casa de Campo después de que, según su propia declaración, la secuestraran "tres moros" en un Seat 1430 de color oscuro cuando el pasado jueves por la mañana bajaba a depositar una bolsa de basura de su domicilio del barrio de San Blas. "Estuve atada en el coche varias horas", explicó; "después llegaron dos hombres que me llevaron a un puesto de cochecitos de choque y allí he estado". La chica se ha contradicho en sus declaraciones, según la policía.

La joven que afirma haber sido abofeteada y que, según sus familiares, sufrió un...

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Ana María Pulgar Onrubia, de 15 años, apareció ayer en la Casa de Campo después de que, según su propia declaración, la secuestraran "tres moros" en un Seat 1430 de color oscuro cuando el pasado jueves por la mañana bajaba a depositar una bolsa de basura de su domicilio del barrio de San Blas. "Estuve atada en el coche varias horas", explicó; "después llegaron dos hombres que me llevaron a un puesto de cochecitos de choque y allí he estado". La chica se ha contradicho en sus declaraciones, según la policía.

La joven que afirma haber sido abofeteada y que, según sus familiares, sufrió un intento de violación que no ha sido confirmado por los forenses, no era consciente de en qué lugar se encontraba.El interrogatorio de Ana María se prolongó, según la policía, porque la chica no dejaba de llorar.

La policía de la comisaría de San Blas trataba de localizar a última hora de la tarde de ayer a los feriantes que tuvieron a la chica, según la versión de la joven, durante dos días.

De los tres hombres que se la llevaron de su casa, la joven Ana María sólo recuerda que eran "moros con el pelo muy rizado" y que uno de ellos llevaba bigote.

Sin embargo, parece que la chica incurre en contradicciones en el relato de los hechos.

El cuñado de Ana María Pulgar, Adolfo Castán, acompañó a los funcionarios de la comisaría de San Blas a la Casa de Campo para localizar a la persona que la cobijó en su puesto. El trabajo que desempeña Adolfo es también el de feriante.

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Adolfo Castán pasó el domingo tratando de recoger información sobre Ana María en los puestos de feria que habían llegado a Madrid para San Isidro. También estuvo el domingo en la Casa de Campo para repartir fotografías de su cuñada a Jefatura de Policía Municipal.

Los temores sobre la desaparición de la joven surgieron debido a su carácter extremadamente tímido.

Ana María Pulgar, que se dedicaba exclusivamente al cuidado de su madre enferma, no salía de casa más que para hacer la compra, según sus familiares.

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