Más de 30 ancianos se quitaron la vida en las residencias de la comunidad durante 1987

Más de 30 ancianos se quitaron la vida en las 17 residencias para la tercera edad dependientes de la Comunidad de Madrid, según datos de la Consejería de Integración Social. El suicidio de dos ancianas en el centro de Villaviciosa de Odón ha sembrado la inquetud en la mayoría de los 315 residentes. Una decena de ancianos aquejados de depresión nerviosa se encuentra en vigilancia intensiva desde el pasado miércoles para evitar una reacción en cadena. El director del centro José Luis Cruz, señaló ayer que cinco residentes se han quitado la vida en los seis últimos años.

Juana Garbín y Vic...

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Más de 30 ancianos se quitaron la vida en las 17 residencias para la tercera edad dependientes de la Comunidad de Madrid, según datos de la Consejería de Integración Social. El suicidio de dos ancianas en el centro de Villaviciosa de Odón ha sembrado la inquetud en la mayoría de los 315 residentes. Una decena de ancianos aquejados de depresión nerviosa se encuentra en vigilancia intensiva desde el pasado miércoles para evitar una reacción en cadena. El director del centro José Luis Cruz, señaló ayer que cinco residentes se han quitado la vida en los seis últimos años.

Juana Garbín y Vicenta Martínez, las dos mujeres que decidieron el miércoles acabar con su vida, tenían en común algo más que los 81 años de edad. Las dos no habían tenido hijos y fueron sus sobrinos los que optaron recientemente por solicitar a la Comunidad de Madrid una plaza en sus residencias. Sus precarios medios económicos y su condición familiar facilitaron el encontrar con rapidez un hueco en el centro de Villaviciosa.Vicenta se había quedado ciega después de que una operación de cataratas terminara por acelerarle la pérdida progresiva de la visión que padecía desde hacía un tiempo. "Era tranquila y afectiva, pero no ha podido soportar la pérdida de la vista" opina José Luis Cruz.

Juana ingresó en diciembre pasado. En el hospital clínico de San Carlos su caso se diagnosticó como de depresión psicótica. "Sin embargo, desde que entró en la residencia no había tenido crisis, aunque estaba muy preocupada porque pensaba que sus sobrinos no le querían pagar la estancia", considera Cruz. Posiblemente el suicidio de Vicenta, ocurrido cinco horas antes, motivó la reacción de Juana.

Como un hotel

El de Villaviciosa es un centro acogedor. Situado en lo alto de una colina y rodeado de pinos, parece más bien un hotel de cuatro estrellas. Tiene gimnasio, sala de vídeo, de juegos, de música, atención médica diaria, iglesia con bancos repujados en piel, tres tipos de comida..."Todo esto no sirve a veces de nada. Les damos todo, pero les quitamos a sus seres queridos. A veces pienso que es mejor la miseria que la soledad", opina José Luis Cruz. Fuentes de la Comunidad de Madrid señalaron que la tendencia actual es la atención de los ancianos a domicilio, "porque está demostrado que el número de suicidios es mucho menor cuando viven en casa propia o con familiares". En la clínica del centro, diez ancianos se encuentran bajo atención constante. Son los casos más problemáticos. Personas con graves problemas físicos o psíquicos, potenciales suicidas aquejados de depresión tras el suceso.

La muerte visita el centro cada mes y medio. Casi siempre se traslada al moribundo a un hospital. La edad media de los residentes es de 85 años y el 85% son mujeres. Los ancianos pagan 25.000 pesetas mensuales, cuando el coste por persona es de 110.000 pesetas.

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