Pujol leerá ante el Rey un discurso integrador, pero crítico con el Gobierno

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, pronunciará ante el rey Juan Carlos, el próximo 22 de abril en Barcelona, un discurso "patriótico" en el que no cuestionará la unidad de España pero resaltará que los 1.000 años de Cataluña -que entonces se conmemoran- requieren un respeto del Gobierno socialista. La celebración del milenario de Cataluña toma como punto de referencia la ruptura de los lazos feudales entre los condados catalanes y los reyes francos. Don Juan Carlos es el presidente del comité de honor de dicha conmemoración.

Dirigentes de Convergéncia. Democrática defienden, ...

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El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, pronunciará ante el rey Juan Carlos, el próximo 22 de abril en Barcelona, un discurso "patriótico" en el que no cuestionará la unidad de España pero resaltará que los 1.000 años de Cataluña -que entonces se conmemoran- requieren un respeto del Gobierno socialista. La celebración del milenario de Cataluña toma como punto de referencia la ruptura de los lazos feudales entre los condados catalanes y los reyes francos. Don Juan Carlos es el presidente del comité de honor de dicha conmemoración.

Dirigentes de Convergéncia. Democrática defienden, al parecer sin éxito, que Pujol lea un discurso similar al que pronunció en 1904 Francesc Cambó ante Alfonso XIII, que fue un verdadero memorial de agravios con el Gobierno de Antonio Maura.La Presidencia de la Generalitat no ha decidido aún si invitará al presidente del Gobierno, Felipe González, a acudir al acto académico, aunque parece imponerse la idea de que no se le cursará ninguna invitación.

La Generalitat sí ha invitado verbalmente, en cambio, a personalidades españolas en el extranjero como Marcelino Oreja (secretario general del Consejo de Europa), Federico Mayor Zaragoza (director general de la UNESCO) o Juan Antonio Samaranch (presidente del COI). Según fuentes próximas a Pujol, éste se inclina "por una celebración exclusivamente catalana con el paraguas de la Corona". En este diseño parece difícil que se invite a González.

Un portavoz de la Administración central atribuyó el escaso interés demostrado hasta el momento por la Generalitat en invitar a Felipe González "a un deseo [de Pujol] de no tener que compartir el protagonismo del acto", a poco más de un mes de las elecciones autonómicas, que se celebrarán el 29 de mayo.

Fuentes del Gobierno catalán han asegurado que el discurso que leerá Pujol al Rey en el acto central de la jornada del Milenario "será claramente institucional" y tendrá "un contenido político importante". En él deberán reflejarse "de alguna manera" las malas relaciones con el Gobierno socialista que ha desembocado en la paralización de la Comisión de Cooperación, la Comisión de Traspasos y la Junta de Seguridad.

El acto central del 22 de abril será básicamente académico, y consistirá en una conferencia sobre Cataluña que dictará un historiador y en sendos discursos de Pujol y del Rey, que cerrará el acto.

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"La intención de Pujol es hacer un gran discurso integrador y no violento, en el que quede bien claro algo que para nosotros es fundamental: Queremos que nos dejen ser", manifestó un miembro del Consell Executiu. "Esta actitud no debe impedir que el Rey conozca cuáles son las inquietudes reales de Cataluña", añadió.

"No es una moda"

En esta misma línea, las grandes ideas del discurso de Pujol reflejarán "su pensamiento nacionalista y su voluntad de colaborar". "Queremos decirle al Rey lo que el presidente de la Generalitat hace tiempo que dice en sus discursos: Cataluña no es una moda, ni una coyuntura política; es algo permanente que responde a la identidad de un pueblo", añadió el informante.

La visita real a Cataluña durará tan sólo unas horas. La Casa Real ha reducido al máximo el programa inicialmente sugerido por la Generalitat, que incluía la posibilidad de que el Rey pernoctara en Barcelona y pasara en la ciudad unas horas de la Diada de Sant Jordi, el día 23, asistiendo a alguno de los actos tradicionales de esta festividad. El Gobierno central interpreta que los actos del milenario son básicamente "una plataforma de propaganda en plena campaña electoral", según fuentes cercanas a la Administración central.

En la Administración central existe un temor generalizado de que Jordi Pujol descienda a aspectos concretos de la actividad política, que critique la política autonómica del Gobierno y que amenace con la reforma del Estatut.

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