NUEVOS ATENTADOS EN MADRID Y EL PAÍS VASCO

Tío abuelo de un mediador

El general retirado del Cuerpo de Ingenieros Aeronáuticos Luis Azcárraga, de 81 años, asesinado ayer, había nacido en Salvatierra (Álava) y era tío abuelo de Joseba Azcárraga, diputado de Eusko Alkartasuna y uno de los impulsores, desde su etapa como senador del PNV, del proceso de reinserción social de antiguos etarras.El general Azcárraga, casado y padre de tres hijos, residía en Madrid, pero pasaba períodos de vacaciones en la localidad alavesa, donde continúa parte de su familia.

Joseba Azcárraga declaró ayer que el dolor por la pérdida de un familiar no modifica su opinión a...

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El general retirado del Cuerpo de Ingenieros Aeronáuticos Luis Azcárraga, de 81 años, asesinado ayer, había nacido en Salvatierra (Álava) y era tío abuelo de Joseba Azcárraga, diputado de Eusko Alkartasuna y uno de los impulsores, desde su etapa como senador del PNV, del proceso de reinserción social de antiguos etarras.El general Azcárraga, casado y padre de tres hijos, residía en Madrid, pero pasaba períodos de vacaciones en la localidad alavesa, donde continúa parte de su familia.

Joseba Azcárraga declaró ayer que el dolor por la pérdida de un familiar no modifica su opinión acerca del atentado. "Se trata del asesinato de una persona indefensa", dijo, "de un anciano, escogido por ETA para reducir el riesgo, y quizá eso lo hace más rechazable, pero mi condena es la misma que cuando la víctima fue un guardia civil, hace una semana".

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Joseba Azcárraga añadió que, con su escalada, ETA está poniendo cada vez más difícil la posibilidad de una solución negociada a la violencia.

El diputado nacionalista cree también que ETA ha desencadenado una espiral de violencia "con la intención, quizá, de forzar la situación y la reanudación del diálogo, pero está consiguiendo lo contrario: romper la posibilidad del diálogo, y nos lo está poniendo cada vez más difícil a quienes hemos apoyado siempre la necesidad de una salida negociada a la violencia".

El diputado de Eusko Alkartasuna pidió, en septiembre de 1985, al ministro de Interior, José Barrionuevo una lista de los vascos que podían volver automáticamente al no tener problemas con los tribunales. Ello agilizó numerosos regresos, a los que se sumaron nuevos indultos.

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