"Gracias por ser mi amigo"

He aquí una mínima muestra de las cartas recibidas en las redacciones de estos programas:"Sigo escuchándote. Me tienes sorbido el sueño, sin poderte llamar, pues mi marido tiene el sueño más ligero que una liebre. Pero no me importa, pues a mí me encanta la correspondencia. Así que en vez de llamarte, te escribo". (Julia).

"Cuando me desvelo, a falta de otro pasatiempo que me agrade más y no puedo practicar, oigo la radio, sin mayormente escuchar. Le felicito y me causa envidia el éxito que tiene usted con las Evas que caen por doquier. Francamente, en mi timidez, sinceramente lo repito...

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He aquí una mínima muestra de las cartas recibidas en las redacciones de estos programas:"Sigo escuchándote. Me tienes sorbido el sueño, sin poderte llamar, pues mi marido tiene el sueño más ligero que una liebre. Pero no me importa, pues a mí me encanta la correspondencia. Así que en vez de llamarte, te escribo". (Julia).

"Cuando me desvelo, a falta de otro pasatiempo que me agrade más y no puedo practicar, oigo la radio, sin mayormente escuchar. Le felicito y me causa envidia el éxito que tiene usted con las Evas que caen por doquier. Francamente, en mi timidez, sinceramente lo repito, le envidio". (Desde Bilbao).

"He desistido de comunicar contigo después de intentarlo 38 días (contados) [ ... ] Sé que no soy el único que sufre en este mundo, prueba de ello es si comparo mí problema con el de otros oyentes tuyos; pero a cada uno le duele el suyo. A veces pienso que jamás volveré a ser feliz. Bueno, perdona por ponerme así, pero necesitaba decírselo a alguien, en confianza, y como yo te considero un gran amigo, aunque jamás hable contigo, no he podido evitarlo. Gracias por permitirme ser tu amigo". (Desde Santiago de Compostela).

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