Tribuna:

Ambiente apagado pese al nuevo máximo

Las bolsas marcaron ayer un nuevo máximo anual gracias al empuje de unos cuantos valores, entre los que hay que destacar a los eléctricos. Una excelente apertura le dio a la sesión la fuerza suficiente para superar el ambiente del cierre anterior, aunque la alegría de los primeros momentos no duró demasiado pues, mediada la mañana, el dinero perdió todo su entusiasmo. Los últimos corros volvieron a quedar sumidos en las dudas, aunque los resultados de los valores bancarios mejoraron la situación. El nivel del negocio ha subido, sobre todo en los corros eléctricos y para algunos valores industr...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Las bolsas marcaron ayer un nuevo máximo anual gracias al empuje de unos cuantos valores, entre los que hay que destacar a los eléctricos. Una excelente apertura le dio a la sesión la fuerza suficiente para superar el ambiente del cierre anterior, aunque la alegría de los primeros momentos no duró demasiado pues, mediada la mañana, el dinero perdió todo su entusiasmo. Los últimos corros volvieron a quedar sumidos en las dudas, aunque los resultados de los valores bancarios mejoraron la situación. El nivel del negocio ha subido, sobre todo en los corros eléctricos y para algunos valores industriales.Los valores de automoción y electricidad registraron un movimiento extraordinario, como muestran los distintos cambios que se dieron entre estos últimos. Las cotizaciones se orientaron al alza desde el primer momento, y papel y dinero mantuvieron una pugna constante que favoreció los intercambios. Entre las sociedades de automoción destacó el 20% que subió Santana, el avance más importante, pero uno más tan solo dentro del conjunto del grupo. Este ambiente no se propagó, sin embargo, al resto de los sectores aunque se mantuvieron los, avances. Poco a poco se fue apagando el entusiasmo de los momentos iniciales y cuando les llegó el turno a los últimos valores que se negocian en corro, las cosas habían cambiado lo suficiente como para que Telefónica sufriese un recorte mínimo.

Lo único que había variado en la mañana era la confianza de algunos habituales que detectaron movimientos vendedores entre sus propias filas. Ésto cortó la entrada de dinero y puso al mercado a la defensiva, lo que se tradujo inmediatamente en pequeños conatos vendedores. La reanudación de la contratación de Ebro situó el precio de sus acciones al 6.000%, pero sin que llegaran a cruzarse operaciones por falta de papel.

Archivado En