Tensión militar en Centroamérica

Las calles de Panamá, en poder de los saqueadores pese al dspliegue militar

Saqueadores y delincuentes comunes se adueñaron ayer de las calles de Panamá mientras unidades militares intentaban mantener el control de la situación, en un clima de fin de reinado que no pudo frenar el hombre fuerte del país, general Manuel Antonio Noriega, pese a haber abortado el día anterior una intentona golpista.

La situación ha degenerado hasta tal punto que la calle ya no es de los manifestantes opositores que quieren forzar a Noriega a que renuncie sino de quienes aprovechan el caos para saquear los supermercados o cualquier comercio que se les pone a mano, informa ...

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Saqueadores y delincuentes comunes se adueñaron ayer de las calles de Panamá mientras unidades militares intentaban mantener el control de la situación, en un clima de fin de reinado que no pudo frenar el hombre fuerte del país, general Manuel Antonio Noriega, pese a haber abortado el día anterior una intentona golpista.

La situación ha degenerado hasta tal punto que la calle ya no es de los manifestantes opositores que quieren forzar a Noriega a que renuncie sino de quienes aprovechan el caos para saquear los supermercados o cualquier comercio que se les pone a mano, informa Antonio CañoUn almacén de electrodomésticos del centro de la ciudad quedó ayer desvalijado en menos de 10 minutos. Los soldados, cuando llegaron, sólo pudieron perseguir inútilmente a los saqueadores. Y fue sólo un ejemplo entre muchos otros.El Ejército se ve impotente para restablecer la normalidad, y la situación económica y social se desmorona a marchas forzadas.Servicios públicos esenciales no funcionan, o funcionan mal, por la huelga de los funcionarios que no han cobrado sus salarios ante la falta de dólares provocada por el bloqueo de Estados Unidos.Ayer no se registraron protestas como las del día anterior. pero la capítal parecía un campo de batalla, con restos de barricadas, automóviles carbonizados y escaparates destrozados.

Los rumores de descontento entre los policías, cuyo jefe fue la cabeza de la intentona golpista del miércoles, son persistentes, así como la convicción de que la solución a la crisis ha de venir del propio Ejército.

Existe la impresión de que la intentona del miércoles era sólo la punta de un iceberg de una situación caracterizada por serias divergencias en las fuerzas armadas, que no parecen ya formar un bloque monolítico que respalda al general Noriega.

Fuentes diplomáticas españolas y norteamericanas consideraban ayer "poco probable" que Noriega pueda exiliarse en España. Washington no parece que pueda garantizar, por el momento, satisfacer la condición impuesta por el Gobierno de Felipe González: que EE UU renuncie a solicitar la extradición del general, procesado por dos tribunales de Florida por delitos de narcotráfico.Página 3

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