Un consejero del Gobierno regional de Cantabria, entre las víctimas

El consejero de Obras Públicas, Félix Ducasse Gutiérrez, de 37 años, con tres hijos; el también ingeniero de caminos Vicente Alcón Albertos, de 47 años, con seis hijos, y el sindicalista Guillermo Sánchez Movellán, de 38 años, secretario general del sector de Administración central de la Federación de Servicios Públicos de UGT, los tres residentes en Santander, figuran entre las víctimas del desastre ferroviario de ayer.

El consejero había viajado a Madrid para firmar con el ministro de Obras Públicas, Javier Sáenz de Cosculluela, sólo 15 horas antes de morir en el tren, un convenio...

El consejero de Obras Públicas, Félix Ducasse Gutiérrez, de 37 años, con tres hijos; el también ingeniero de caminos Vicente Alcón Albertos, de 47 años, con seis hijos, y el sindicalista Guillermo Sánchez Movellán, de 38 años, secretario general del sector de Administración central de la Federación de Servicios Públicos de UGT, los tres residentes en Santander, figuran entre las víctimas del desastre ferroviario de ayer.

El consejero había viajado a Madrid para firmar con el ministro de Obras Públicas, Javier Sáenz de Cosculluela, sólo 15 horas antes de morir en el tren, un convenio de ayuda a la vivienda. Un diputado regional, Leandro Valle, del Partido Liberal, debía haber tomado el convoy siniestrado, pero una reunión inesperada lo retuvo en Madrid.

Ducasse, natural de Cáceres, había estudiado la carrera en la Escuela de Ingenieros de Santander, y antes de ser designado consejero trabajó durante varios años para la empresa privada; era cuñado del consejero de Turismo e Industria, Gonzalo Piñeiro.

Juan Hormaechea, presidente del Consejo de Gobierno, se trasladó ayer en helicóptero a Valladolid. Antes lamentó a EL PAÍS la pérdida de uno de sus más eficaces colaboradores con estas palabras: "Ducasse era, ante todo, una persona buenísima y un infatigable trabajador". El consejero había ingresado en AP hace tres años y reconocía que el ejercicio de la política en Cantabria era "algo a veces demasiado cruel y despiadado porque llevamos muchos años de enfrentamientos y discrepancias muy fuertes".

Hormaechea dispuso que al mediodía un helicóptero trasladara a Valladolid a algunos familiares de las víctimas.