Cartas al director

Versión original

Personalmente, y por principio, me parece un esnobismo el hecho de ernitir las películas en televisión en versión original subtitulada. En primer lugar, porque el receptor más grande siempre resulta pequeño para leer los diálogos (tampoco hay que olvidar los índices de analfabetismo de este país), y porque al leer se pierde parte de las imágenes, y el cine es sobre todo imagen. Y en segundo, porque la mayoría de los espectadores -incluyendo a los cinéfilos- no conocemos las voces de los actores, y no es ningún demérito escuchar la versión doblada al español, especialmente las antiguas, que est...

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Personalmente, y por principio, me parece un esnobismo el hecho de ernitir las películas en televisión en versión original subtitulada. En primer lugar, porque el receptor más grande siempre resulta pequeño para leer los diálogos (tampoco hay que olvidar los índices de analfabetismo de este país), y porque al leer se pierde parte de las imágenes, y el cine es sobre todo imagen. Y en segundo, porque la mayoría de los espectadores -incluyendo a los cinéfilos- no conocemos las voces de los actores, y no es ningún demérito escuchar la versión doblada al español, especialmente las antiguas, que estaban realizadas por excelentes profesionales, Pero el esnobismo de la señorita Miró me pareció que llegó a su más alta cota cuando el lunes 22 de febrero nos ofreció en versión original en italiano la película de Federico Fellini Almas sin conciencia.Aunque el doblaje estuviera dirigido por el propio Fellini, ¿no es una solemne tontería escuchar doblados al italiano a Broderíck Crawford y a Richard Basehart? Señorita Miró, muchas felicidades, apúntese otro tanto en su lista de éxitos- y dos firmas más.

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