"El que manda siempre está solo", afirma el presidente andaluz

José Rodríguez de la Borbolla, presidente andaluz, hizo ayer un hueco en su jornada matinal de crisis. Cuando las campanas de la Giralda llamaban al Angelus, el presidente abandonaba por unos minutos su despacho del Palacio de Monsalves; condenaba a la espera sobre su mesa la firma de los decretos del reajuste, y bajaba, seguido a distancia por sus escoltas, a la cercana plaza del Museo. Borbolla eligió esa plaza para medir su soledad política. En su reto, una frase: "Lo de la soledad es un tópico. El que manda siempre está solo".El reajuste de ayer tiene para Borbolla una escueta explicación:...

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José Rodríguez de la Borbolla, presidente andaluz, hizo ayer un hueco en su jornada matinal de crisis. Cuando las campanas de la Giralda llamaban al Angelus, el presidente abandonaba por unos minutos su despacho del Palacio de Monsalves; condenaba a la espera sobre su mesa la firma de los decretos del reajuste, y bajaba, seguido a distancia por sus escoltas, a la cercana plaza del Museo. Borbolla eligió esa plaza para medir su soledad política. En su reto, una frase: "Lo de la soledad es un tópico. El que manda siempre está solo".El reajuste de ayer tiene para Borbolla una escueta explicación: "Así se distribuye el trabajo". Y en su filosofía existe un desafio a esa soledad que últimamente le marca, derribado prácticamente ya de la secretaría general del socialismo andaluz: "No quiero situarme como víctima de nada. En política, como en la vida., toda persona que vale tiene la legítima ambición de llegar a ser lo máximo. Yo no hablaría de soledad, sino de unicidad".

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El presidente del Gobierno andaluz es consciente de que nadie es insustituible", pero siente cierta crispación por cómo se ha desarrollado la crisis: de su partido en los últimos meses: "Habría que haber planteado las cosas de otra manera, porque lo que hay que reforzar es la solidaridad interna ya que estamos todos en el mismo proyecto".

Rodríguez de la Borbolla tiene perdida la batalla de la secretaría general del socialismo andaluz, que dirige desde 1977, pero le encanta decir que le va "el combate en corto". Los congresos provinciales últimos le convirtieron oficialmente en minoría, frente a una aparato guerrita, fuerte y capitaneado por hombres como Luis Yáñez y Carlos Sanjuán. Él, aunque no seva a presentar a la reelección, cree que este congreso le va a ser favorable políticamente, pese a su salida. "Nadie me ha pedido que dimita. Lo de guerristas y borbollistas irá desapareciendo. Estoy ahora más sereno que nunca".

"Voy al congreso a exponer mi gestión sabiendo ya que va a ser aprobada. El saldo sera positivo y sé que vamos a encontrar mecanismos para ponemos de acuerdo. Continuar en la presídencia sin ser secretario es un reto interesante y atractivo. Así puedo demostrar que puedo ser simplemente presidente".

Borbolla demuestra confianza sobre sí mismo, aunque a veces es difícil. saber si ésta roza el cinismo. Yáñez dijo hace unos días que Borbolla "había cumplido un ciclo" y calificó de .error" su decisión de desplazarle, en 1985, de la presidencia del partido, origen de esta larga crisis. "A Yáñez lo quiero mucho. Es la persona más biológicamente socialista que he conocido. Luis ha mamado el socialismo desde chico, pero es una persona compleja y áspera en sus reacciones".

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