Los compañeros le llamaban Goyito

"El comisario Gregorio García González era fundamentalmente un hombre bueno", dijo ayer un compañero de la Brigada Judicial, mientras que otro explicó que "todos le llamábamos Goyito, por su carácter afable y por su mediana estatura".

García, que tenía en su hoja de servicios numerosas felicitaciones, ingresó en la policía hace 36 años. En los comienzos de su carrera estuvo destinado en el grupo de moralidad y buenas costumbres, dedicado al control de los espectáculos y locales de diversión.

Después trabajó en unidades dedicadas a la lucha contra carteristas, timadores...

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"El comisario Gregorio García González era fundamentalmente un hombre bueno", dijo ayer un compañero de la Brigada Judicial, mientras que otro explicó que "todos le llamábamos Goyito, por su carácter afable y por su mediana estatura".

García, que tenía en su hoja de servicios numerosas felicitaciones, ingresó en la policía hace 36 años. En los comienzos de su carrera estuvo destinado en el grupo de moralidad y buenas costumbres, dedicado al control de los espectáculos y locales de diversión.

Después trabajó en unidades dedicadas a la lucha contra carteristas, timadores, ladrones y atracadores. Entre sus subordinados tuvo al comisario Joaquín Domingo Martorell, que después fue jefe de la Brigada Central Antiterrorista, y que hoy trabaja en Estados Unidos para el cantante Julio Iglesias.

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Tras estar algún tiempo en el País Vasco, García fue destinado hace 27 años a la Brigada Judicial de Madrid. Hace dos años ascendió a comisario y ejercía labores de coordinación y control de los diversos servicios establecidos en la calle para prevenir y perseguir los delitos.

La capilla ardiente con los restos mortales del funcionario fue instalada a las 14.30 de la tarde de ayer en el acuartelamiento de la Policía Nacional situado en el barrio madrileño de Moratalaz. El entierro se celebrará a las 10.15 horas de hoy en el cementerio de Carabanchel.

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"Sobre todo, era un hombre bueno y simpático", dijo un compañero de la víctima, que añadió que "a veces soltaba una broma en medio de una situación tensa y hacía que el ambiente se relajase". Otro comisario, actualmente jubilado, recordó que "Goyo y yo fuimos los primeros que empezamos a practicar karate con un japonés al que teníamos que pagar de nuestro bolsillo".

García González había sufrido una lesión de clavícula y se reincorporó a su puesto hace apenas una semana, según sus compañeros.

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