Lo que hay que hacer y lo que debe evitarse

Lo que hay que evitar siempre, en caso de que un niño ingiera un producto tóxico o sufra un accidente en el hogar, es actuar sin saber. A veces, por intentar remediar el mal, se provoca uno peor. "En caso de que el accidente sea por ingestión de un producto peligroso", afirma el doctor Pou, "es preciso pedir consejo antes de actuar, porque lo que está indicado en unos casos puede estar contraindicado en otros. Por ejemplo: si se trata de un producto cáustico, como la lejía o la mayoría de productos de limpieza, no debe provocarse el vómito, porque el producto quemaría dos veces, al entrar y al...

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Lo que hay que evitar siempre, en caso de que un niño ingiera un producto tóxico o sufra un accidente en el hogar, es actuar sin saber. A veces, por intentar remediar el mal, se provoca uno peor. "En caso de que el accidente sea por ingestión de un producto peligroso", afirma el doctor Pou, "es preciso pedir consejo antes de actuar, porque lo que está indicado en unos casos puede estar contraindicado en otros. Por ejemplo: si se trata de un producto cáustico, como la lejía o la mayoría de productos de limpieza, no debe provocarse el vómito, porque el producto quemaría dos veces, al entrar y al salir".En la ingestión de productos cáusticos puede estar indicado dar leche al niño, para diluirlo en el estómago, pero la leche no estará indicada si el producto es tóxico, como los medicamentos, porque el daño se produce cuando el veneno llega a la sangre y la leche aceleraría el proceso de absorción. Lo más indicado sería hacer vomitar al niño. Como a veces es dificil distinguir el tipo de peligro, es mejor siempre llamar inmediatamente a un centro sanitario o, para mayor seguridad, directamente al Instituto Nacional de Toxicología de Madrid, con un servicio de información siempre abierto cuyo teléfono es el 262 04 20. Y no olvidar llevar el producto ingerido al dirigirse al hospital.

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Pilas de calculadora

Uno de los accidentes que últimamente se está produciendo con mayor frecuencia es la ingestión de pilas pequeñas que tienen forma de moneda, como las utilizadas en relojes y calculadoras. Pueden ser peligrosas, según el doctor Mulet, jefe del servicio de Urgencias Quirúrgicas de San Juan de Dios, porque es muy fácil que se depositen en un pliegue del intestino, y al hacer contacto por los dos lados, pueden producir quemaduras graves.

Otro accidente frecuente es la ingestión de bolas o frutos secos. "Las pipas, el maíz y los productos secos deberían estar fuera del alcance de los niños por lo menos hasta los cinco años", afirma el doctor Pou. "Si la bola va a parar a las vías respiratorias altas puede provocar incluso la muerte". En caso de ahogo porque la bola tape la tráquea, debe cogerse al niño enseguida con un brazo por la cintura, situado de espaldas y con la cabeza hacía abajo, como si se le fuera a provocar un vómito, y darle un golpe fuerte en el abdomen, para que la expulsión del aire haga saltar la bola.

Las quemaduras son también muy frecuentes. "Para evitarlas, lo mejor es que el niño no entre en la cocina", dice el doctor Mulet. "La mayoría son porque la cocina no está sujeta a la pared y el niño tira de ella, o porque el asa de la olla sobresale. En caso de quemadura con líquido hirviendo, debe ponerse inmediatamente agua, pero suavemente, si es posible con la ducha. No debe quitarse jamás la ropa o la tela quemada, porque se arranca la piel, ni debe ponerse pomada, porque luego en el hospital tenemos que quitarla para calibrar el daño y es peor. En todo caso, puede cubrirse la superficie quemada con una gasa estéril".

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