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Alguna vez he llegado a dudar de si los periodistas son realmente conscientes de la incidencia que determinadas noticias pueden tener en la sociedad. Esta duda me asalta de nuevo ante la espectacular noticia que el pasado día 19 de enero tuvo lugar en Bilbao, donde se suicidó una persona. Y digo espectacular no por el desgraciado hecho en sí, sino por la forma en que fue difundida la noticia por los medios de comunicación.Lo que me indigna es que un medio de comunicación tan poderoso como la televisión emita unas imágenes tan tristes como las de un suicidio, y que, además, su per...

Alguna vez he llegado a dudar de si los periodistas son realmente conscientes de la incidencia que determinadas noticias pueden tener en la sociedad. Esta duda me asalta de nuevo ante la espectacular noticia que el pasado día 19 de enero tuvo lugar en Bilbao, donde se suicidó una persona. Y digo espectacular no por el desgraciado hecho en sí, sino por la forma en que fue difundida la noticia por los medios de comunicación.Lo que me indigna es que un medio de comunicación tan poderoso como la televisión emita unas imágenes tan tristes como las de un suicidio, y que, además, su periódico inserte en sus páginas cuatro fotografilas del suceso.

Esto me hace pensar en la falta de conciencia, y hasta diría de profesionalidad, de los medios de comunicación, que en busca de la noticia sensacionalista e incluso morbosa descuidan el sentido inicial que debe tener la información.

Más lamentable aún si esto se da en una sociedad con graves problemas económicos, que son generadores de frustraciones y desencadenadores de situaciones tan lamentables como el mencionado suicidio.