Tribuna:

La soprano que no cantó

Hay asuntos que aparecen recurrentemente entre las quejas de los lectores. Tal es el caso del crítico de música Enrique Franco, quien protagonizó hace poco más de un año un extenso artículo del Ombudsman (Los conciertos que nunca existieron) a cuenta de una crítica sobre la ópera Tristán e Isolda en la que elogiaba a unos cantantes que no habían intervenido en la función. La historia se repite. El pasado 17 de diciembre, en la crítica del estreno de la Nueva antología de la zarzuela, Franco resaltaba la belleza de la voz de la soprano Carmen Plaza. Resulta que Carmen Plaza...

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Hay asuntos que aparecen recurrentemente entre las quejas de los lectores. Tal es el caso del crítico de música Enrique Franco, quien protagonizó hace poco más de un año un extenso artículo del Ombudsman (Los conciertos que nunca existieron) a cuenta de una crítica sobre la ópera Tristán e Isolda en la que elogiaba a unos cantantes que no habían intervenido en la función. La historia se repite. El pasado 17 de diciembre, en la crítica del estreno de la Nueva antología de la zarzuela, Franco resaltaba la belleza de la voz de la soprano Carmen Plaza. Resulta que Carmen Plaza no cantó en aquel estreno. Así lo advierte M. Ángeles González desde la localidad madrileña de Majadahonda (la misma lectora aseguraba que tampoco había actuado el tenor Jesús Castejón, pero Castejón sí intervino), y los miembros del coro y ballet de la Antología. Enrique Franco se explica así: "Sólo cometí un error: la cita de Carmen Plaza, que no cantó ese día, y sí lo hizo Carmen González, citada en mi crítica y a la que, con justicia " corresponden todos los elogios".¿Cómo fue posible confundir una cantante con otra? "En espectáculos como la Antología", se justifica Enrique Franco, "ante programas de mano en los que figuran los diversos intérpretes turnantes, y contando con el hecho -normal en representaciones de ese género- de que se efectúen cambios, se realicen supresiones o añadidos, se produce inevitablemente cierta duda, no sólo en mí sino en otros compañeros y público. Dudé yo en lo relativo a la Plaza y actué en contra del en la duda, abstente, pues prefiero en la duda, nombra". La fórmula resultó traicionera; hubiera sido preferible aplicar la regla de en la duda, cerciórate.

Sobre la misma crítica, los componentes del coro y ballet de la Nueva antología de la zarzuela piden también aclarar algunas apreciaciones y juicios de Enrique Franco. Se refieren a aspectos cuestionables, y en este sentido Franco responde que se trata de "coincidencias o discordancias con la opinión del crítico". La crítica es una opinión y, como tal, puede coincidir o no con el criterio tanto de los intérpretes como del público.

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No quiso examinarse

El pasado 4 de enero publicó EL PAÍS una información sobre el caso López. Antonio López era todavía director de de portes del Comité Olímpico Organizador Barcelona 92 (COOB 92), cargo que ha abandonado el pasado día 11. En esta información se mencionaba a Luis Báguena, presidente de la Federación de Yudo, que en octubre pasado era uno de los nueve candidatos a la dirección del COOB 92, entre los que fue elegido Antonio López. Textualmente, la información decía: "Curiosamente, ni López ni Báguena habían recibido el visto bueno de la multinacional Russell Reynolds, empresa de cazatalentos contratada por Ferrer Salat para investigar la situación financiera y personal de cada candidato". Luis Báguena, en carta dirigida al director del periódico, quiere que se esclarezca la información en este sentido: "Fui el único candidato", escribe, "que no quiso so meterse al examen de la empre sa contratada por Ferrer Salat".

Emilio Pérez de Rozas, jefe de Deportes de EL PAÍS en Barcelona, recuerda que "ese mismo dato se proporcionó el pasado 13 de octubre". "En ninguna información hemos precisado", dice, "los procedimientos utilizados por Russell Reynolds para elaborar sus diagnósticos sobre los diversos candidatos, una materia sobre la que guarda absoluta reserva, pues el trabajo de los cazatalentos se fundamenta en la discreción. Puede suponerse, sin embargo, que, además de buscar informaciones sobre los presuntos talentos, otra de las fórmulas empleada por Russell Reynolds para obtener información o conocer más profundamente a los candidatos es solicitar entrevistas personales con ellos. En ese sentido, por ejemplo, Carlos Ferrer Salat, presidente del Comité Olímpico Español (COE), reconoció en EL PAÍS del pasado 8 de enero que personal de Russell Reynolds había entrevistado a Antonio López. El hecho de que Russell Reynolds entrevistara a los otros candidatos es una suposición y, por tanto, no fue publicada en este periódico al no poder ser confirmada. De la única entrevista que se tuvo confirmación, porque así lo señaló Ferrer Salat, fue la de Antonio López".

En efecto, EL PAÍS no ha dicho que Báguena haya sido entrevistado por Russell Reynolds. "El hecho de que Báguena se negara a aceptar una entrevista personal", añade Pérez de Rozas, "no significa que no fuera investigado por Russell Reynolds, pero es un hecho el que esta compañía no recomendó su nombre al COE para ocupar el puesto de director de deportes del COOB 92, y eso fue lo que textualmente se publicó en este diario".

La explicación de Pérez de Rozas disipa cualquier duda que una lectura precipitada de la información hubiera podido crear sobre lo que le interesa dejar claro a Báguena: que él no quiso someterse al examen de la empresa de cazatalentos.

Ni tóxico ni radiactivo

"Desde hace bastante tiempo vengo observando con preocupación cómo el diario EL PAÍS incurre en errores de bulto muchas de las veces en las que sus redactores informan sobre temas científicos". Así se expresa el químico José Carlos Canalda Cámara, que escribe desde Alcalá de Henares (Madrid). Y pone dos ejemplos en los que tiene toda la razón. El primero, sobre el hidrógeno. "Con motivo del naufragio del carguero Cason, ocurrido frente a las costas de Finisterre", escribe, "he tenido ocasión de leer la afirmación de que el hidrógeno desprendido por la reacción del sodio metálico con el agua era un gas 'altamente tóxico según los especialistas en química industrial' (EL PAÌS, 12 de diciembre de 1987)". El segundo, sobre el titanio. En un artículo sobre la chilena Colonia Dignidad (EL PAÍS, 13 de diciembre último) se afirmaba que "esta Colonia es la propietaria del único yacimiento de titanio -material radiactivo de carácter estratégico- existente en Chile".

Pues ni el hidrógeno es tóxico ni el titanio es radiactivo. El lector Canalda especifica: "El titanio, ciertamente, es un metal de gran valor estratégico gracias a sus aplicaciones en las industrias aeronáutica y de armamento..., pero no es en absoluto radiactivo, sino que se trata de un elemento quínÚco perfectarnente estable a la desintegración radiactiva, cuyo principal interés radica en la capacidad que tiene de poder sustituir a otros metales como el hierro o sus aceros, mucho más pesados que el aludido titanio".

"El Hidrógeno", explica también, "no sólo no es altamente tóxico sino que no lo es en absoluto..., lo que no impide su peligrosidad, que no viene dada por la toxicidad, sino por el hecho de que este gas arde violenta y explosivamente en contacto con el oxígeno del aire". Recuerda Canalda que las normas de seguridad que vienen impresas en todos los recipientes que contienen productos químicos califican al hidrógeno como "extremadamente inflamable", sin hacer la menor alusión a una toxicidad "de la que está privado completamente".

Estos dos fallos no fueron advertidos en las secciones Internacional y España, donde se publicaron, hasta verlos señalados por el químico.Canalda. En el caso del hidrógeno se confundió peligrosidad por toxicidad, las fuentes que se consultaron dieron correctamente los datos, pero en la toma urgente por teléfono de los mismos se deslizó el error.

Presente de indicativo

El 12 de enero, el periódico titulaba en las páginas 1 y 12: "24.000 objetores comienzan a prestar este año el servicio sustitutorio de la mili". El lector Agustín Millán Poncela, estudiante de periodismo, considera que este titular no concuerda verbalmente con lo que dice el texto: "24.000 objetores inscritos como tales tendrán que iniciar este año la prestación de un servicio social sustitutorio".

"Los verbos de los titulares se ponen, preferentemente, en tiempo presente", señala el Libro de estilo de EL PAÍS. El académico Manuel Seco Serrano dice en su Dicciornario de dudas y dificultades de la lengua española que "el momento presente no debe entenderse como un instante fugaz, sino como un plazo de tiempo más o menos largo, en el cual está comprendido el momento en que se habla". En este sentido debe entenderse la norma de estilo de EL PAÍS. ¿Esta norma es aplicable al caso que nos ocupa? Trasladada la pregunta a Seco Serrano, el académico responde: "Ese titular es irreprochable".

En su desnudez y obligada brevedad, muchos titulares pueden resultar ambiguos; para deshacer esa ambigiledad está el texto que desarrolla la noticia. En su Diccionario, Manuel Seco Serrano distingue hasta seis presentes de indicativo. Uno de ellos es el presente por futuro, que "traza con rasgos más vivos la acción, que todavía es eventual". Y pone como ejemplos estas dos frases: "Esta tarde te llevo al cine"; "El año que viene nos vamos a Inglaterra".

No es la primera vez que surge -en otras ocasiones, fruto de la puntillosidad; en ésta, fruto de una preocupación estudiantil- la discusión sobre el empleo de usos verbales como el que ha llamado la atención de Millán Poncela.

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