Cartas al director

¿Conservatorio o guardería?

En EL PAÍS de 11 de diciembre de 1987 aparece un artículo que bajo el título Las súplicas de un músico firma Almudena Cano y en el que, tras una serie de razonables consideraciones sobre la trascendencia cultural y social que la música tiene, así como sobre la triste situación por la que atraviesa su enseñanza en nuestro país la autora se permite afirmar que los conservatorios sólo sirven para proporcionar un "sueldo insuficiente, pero seguro" a los "en gran parte no suficientemente cualificados profesores" (sic) y para que los padres de los alumnos se ahorren algún dinero en gua...

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En EL PAÍS de 11 de diciembre de 1987 aparece un artículo que bajo el título Las súplicas de un músico firma Almudena Cano y en el que, tras una serie de razonables consideraciones sobre la trascendencia cultural y social que la música tiene, así como sobre la triste situación por la que atraviesa su enseñanza en nuestro país la autora se permite afirmar que los conservatorios sólo sirven para proporcionar un "sueldo insuficiente, pero seguro" a los "en gran parte no suficientemente cualificados profesores" (sic) y para que los padres de los alumnos se ahorren algún dinero en guarderías.Por lo que se refiere a la cualificación de los profesores, nosotros la damos por supuesta, y pensamos que son ellos, en todo caso, quienes deben responder a la articulista. Pero sí nos atañe, y muy directamente, la segunola aseveración, que consideranios ofensiva e injuriosa.

¿Sabe esta señora que los alumnos del Conservatorio Superior de Madrid han de tener ocho o nueve años de edad en el momento de hacer su ingreso en el mismo y que las clases son irnpartidas en centros muy distantes de sus domicilios y frecuentemente en horarios nocturnos, lo que he necesario el acompañamiento de los padres? ¿Sabe que hay niños que reciben las enseñanzas de solfeo e instrumento en dos lugares distintos? ¿Sabe el sacrificio que supone para las familias la renuncia a unas horas de tiempo libre, que muy bien podrían dedicar al descanso o al ocio?

No, señora Cano, no enviamos a nuestros hijos a estudiar al conservatorio para ahorrar en guarderías, como usted gratuitamente afirma, sino para que se formen musicalmente como profesionales, o al menos eso pretendemos.

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Así pues, le aconsejamos que dirija sus dardos a las instituciones o estamentos verdaderamente responsables del maremágnum en el que está sumida la enseñanza de la música y deje en paz a los alumnos y a sus familiares, principales y pacientes víctimas de esta deprimente situació-

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