Compromiso de Juan Pablo II y Dimitrios I para intentar la plena comunión de sus respectivas iglesias

Las jornadas vaticanas del patriarca ortodoxo de Constantinopla, Dimitrios I, han concluido con un comunicado conjunto firmado en griego y en francés entre el papa Juan Pablo II y el sucesor del patriarca Atenágoras, que había sido, durante el concilio, el precursor del diálogo entre católicos y ortodoxos. En dicho comunicado, el Papa católico y el jefe de la Iglesia ortodoxa se comprometen a renunciar a todo tipo de "proselitismo", para esforzarse conjuntamente, mediante un diálogo sincero, en llegar a la plena comunión de ambas iglesias tras siglos de separación.

La meta es poder lleg...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Las jornadas vaticanas del patriarca ortodoxo de Constantinopla, Dimitrios I, han concluido con un comunicado conjunto firmado en griego y en francés entre el papa Juan Pablo II y el sucesor del patriarca Atenágoras, que había sido, durante el concilio, el precursor del diálogo entre católicos y ortodoxos. En dicho comunicado, el Papa católico y el jefe de la Iglesia ortodoxa se comprometen a renunciar a todo tipo de "proselitismo", para esforzarse conjuntamente, mediante un diálogo sincero, en llegar a la plena comunión de ambas iglesias tras siglos de separación.

La meta es poder llegar, se lee en el documento, a la "concelebración de la eucaristía". Precisamente, el domingo, en la basilica de San Pedro, había quedado dramáticamente tangible la ruptura entre ambas iglesias de Cristo cuando, durante la misa del Papa, al llegar al momento de la consagración, Su Santidad Dimitrios I tuvo que alejarse del altar para colocarse en un rincón como un simple huésped.El documento firmado ayer había sido precedido por un gesto sin precedentes en estos 1.000 años de polémicas cuando el papa Wojtyla y el patriarca ortodoxo aparecieron en el balcón central de la basílica de San Pedro para impartir juntos la bendición a los peregrinos.

Tras haber aprobado las conclusiones a las que había llegado ya la comisión mixta católico-ortodoxa de teólogos, el documento, que tiene sólo 80 líneas, insiste sobre todo en que ya desde ahora ambas iglesias pueden empezar a colaborar en todo lo que se refiere al "bien de la humanidad", un empeño, se subraya, que pertenece a la misión de la Iglesia de Jesucristo. Y se enumeran ya algunos campos concretos de acción conjunta, como la defensa de la dignidad humana, la lucha contra la miseria y la droga, y también el rechazo decidido de la ideología racista" y de toda cortapisa a las libertades humanas, sobre todo a la libertad religiosa.

En el Vaticano se espera que toda esta importancia dada al patriarca ortodoxo de Constantinopla pueda ablandar de algún modo al patriarcado ortodoxo de Moscú para que antes o después se le permita atravesar la frontera prohibida de la Unión Soviética al primer Papa polaco de la historia.

Archivado En