"Mejor que los gusanos"

"Yo lo sufrí mucho, era muy, muy desagradable que a mi padre lo quemaran". "Para mí es mucho más desagradable dejárselo comer a los gusanos". "¿A usted le gustaría que a su hermano, una vez muerto, le abrieran en canal? Pues es lo mismo". "A mí no me han aclarado si al resucitar tenemos que estar enteros, y si te queman el cuerpo no existe: ésa es mi duda".¿Cuál es la actitud de los madrileños ante la incineración? A esta pregunta trató de responder un estudio realizado en 1986 por el Instituto Ides por encargo de Servicios Funerarios. Y la respuesta es hasta cierto punto sorprendente: el 42% ...

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"Yo lo sufrí mucho, era muy, muy desagradable que a mi padre lo quemaran". "Para mí es mucho más desagradable dejárselo comer a los gusanos". "¿A usted le gustaría que a su hermano, una vez muerto, le abrieran en canal? Pues es lo mismo". "A mí no me han aclarado si al resucitar tenemos que estar enteros, y si te queman el cuerpo no existe: ésa es mi duda".¿Cuál es la actitud de los madrileños ante la incineración? A esta pregunta trató de responder un estudio realizado en 1986 por el Instituto Ides por encargo de Servicios Funerarios. Y la respuesta es hasta cierto punto sorprendente: el 42% de los 2.000 encuestados afirma que la cremación es su fórmula funeraria preferida, y sólo un 18% se muestra resueltamente contrario a quemar los cadáveres.

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Estos datos contrastan con la realidad: sólo el 10% de los madrileños se inclina de momento por la incineración. Unos ocho cadáveres son quemados diariamente en los tres hornos crematorios de la Almudena, que aún están lejos de funcionar a pleno rendimiento. Hace tres años, sin embargo, sólo era el 2%.

El grupo más favorable a la cremación es el de personas menores de 35 años, aconfesionales y con cierto nivel cultural. Los más apegados a los ritos mortuorios de toda la vida son los ancianos y los creyentes.

La fe cristiana es esgrimida por gran parte de los encuestados como uno de los principales reparos ante la incineración. El respeto a la tradición, los "motivos humanitarios" o el "no me hago a la idea, me da miedo pensarlo" pesan también en contra.

Los motivos higiénicos, el menor coste económico, la simplificación de lo ritual o una actitud diferente ante el cuerpo humano son los motivos aducidos por quienes se muestran a favor de la cremación.

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