Cartas al director

Cambio de tren

Son las 0.01, soy amablemente invitado a entrar en la oficina policial. Allí se me obliga a desnudarme, a tumbarme en el suelo y a hacer flexiones.Los policías disfrutan del espectáculo (media hora). Agotado, me levanto y me niego a continuar, apelando a mis derechos y añadiendo que éste es un país libre. Risas, golpe en la espalda y de nuevo flexiones. Al rato me ordenan vestirme y marcharme.

Previamente, los mismos agentes, al paso por la aduana, habían comentado lo sexy que les parecía la ropa interior de una compañera de viaje, al tiempo que la manoseaban ostentosament...

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Son las 0.01, soy amablemente invitado a entrar en la oficina policial. Allí se me obliga a desnudarme, a tumbarme en el suelo y a hacer flexiones.Los policías disfrutan del espectáculo (media hora). Agotado, me levanto y me niego a continuar, apelando a mis derechos y añadiendo que éste es un país libre. Risas, golpe en la espalda y de nuevo flexiones. Al rato me ordenan vestirme y marcharme.

Previamente, los mismos agentes, al paso por la aduana, habían comentado lo sexy que les parecía la ropa interior de una compañera de viaje, al tiempo que la manoseaban ostentosamente. Puedo reconocer a estos tipos, y jamás olvidaré tan humillante, traumática y vejatoria experiencia.

Ahora, adivinen quién y dónde -¿Turquía, Chile, Camboya?, ¿Gestapo, Dina?-. No. España, estación de Hendaya, Guardia Civil de la aduana, a las 0.01 del día 29 de agosto, tren París-Madrid.- Hans A. Ebdrup.

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